Ahora que en el mundo y en Cuba millones de personas se solidarizan con el movimiento Black Lives Matter (BLM), tras la muerte del afroamericano George Floyd a manos de un policía blanco, un hecho olvidado o ignorado por muchos vuelve a la luz y crea controversia entre quienes se oponen al castrismo.
El 27 de noviembre de 2016, dos días después del fallecimiento de Fidel Castro, el BLM le rendía homenaje en un comunicado en el que afirmaba: «Aunque ningún líder está libre de defectos, debemos ripostar a la retórica de derecha y defender a El Comandante». Y terminaba en español: «¡Fidel vive!».
¿Cómo se siente al respecto alguien que haya sufrido la represión de la Seguridad del Estado cubano por expresar ideas contrarias al régimen o por su activismo contra el racismo que, según el castrismo, no existe en Cuba? ¿Podría solidarizarse con los admiradores de un dictador?
Ante esta disyuntiva ha colocado DIARIO DE CUBA a cinco activistas y artistas cubanos de raza negra, que han sufrido distintos grados de represión por parte del régimen. Los cinco han coincidido en apoyar los reclamos del movimiento. «Solo por lo que expresa el nombre —[las vidas negras importan], un reclamo totalmente válido y pertinente—, tengo que afirmar que estoy de acuerdo con la proyección y el gran activismo de este movimiento», dice Norberto Mesa Carbonell, líder de la Cofradía de la Negritud.
El artivista Luis Manuel Otero Alcántara, fundador del Movimiento de San Isidro, aclara por su parte que su solidaridad no es con el BLM, sino con cualquier organización, de cualquier tendencia política, que «defienda los derechos humanos básicos».
«El primer derecho de cada ser humano es el derecho a la vida», argumenta el rapero y activista antirracista Osvaldo Navarro, quien apoya al BLM porque reclama el respeto a ese derecho.
El mito de que la Revolución eliminó la discriminación y su resonancia entre organizaciones antirracistas afroamericanas
Ninguno de los cubanos entrevistados para este reporte estaba al tanto de las declaraciones del BLM sobre Fidel Castro en 2016, pero pueden entenderlas.
Navarro considera que este es un movimiento que está «girado» hacia la izquierda y que no se puede perder de vista que Fidel Castro, desde los inicios de la Revolución cubana, llevó a cabo una campaña de «convencimiento y reclutamiento, de estrechar alianzas», por lo que el Gobierno cubano ha tenido mucha influencia en la academia y las comunidades afronorteamericanas.
A Mesa Carbonell, quien durante mucho tiempo también admiró a Castro, no le parece extraviado el homenaje del BLM al fallecido gobernante y recuerda que, para muchos afroamericanos, Fidel Castro demostró simpatía por las luchas del Movimiento por los Derechos Civiles.
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