El Gobierno de Bolivia ratificó este miércoles en la Asamblea General de Naciones Unidas su respaldo a países sancionados con medidas «unilaterales» como Cuba, Venezuela y Nicaragua, y también expresó su «apoyo pleno» a la autodeterminación de Palestina.
EFE
La ministra boliviana de Exteriores, Celinda Sosa, intervino en el debate de la asamblea en Nueva York en representación del Gobierno del presidente Luis Arce, quien no ha aparecido públicamente desde el sábado, en momentos de tensión por el conflicto interno en el oficialismo y las contingencias por los incendios forestales en el país.
Sosa sostuvo que Bolivia reconoce a la comunidad internacional «como un espacio de solidaridad y cooperación bajo los principios del derecho internacional y la Carta de las Naciones Unidas», por lo que rechaza «las medidas coercitivas unilaterales que violan los derechos humanos más elementales y retrasan el desarrollo de muchos pueblos».
«Expresamos nuestra solidaridad con Cuba, Venezuela, Nicaragua y con todos los países del mundo que sufren injustamente estas sanciones unilaterales», manifestó.
También manifestó el «más enfático rechazo al bloqueo económico, financiero y comercial por parte de Estados Unidos» hacia Cuba, una «injusticia» que, según dijo, «se agrava cuando de manera unilateral» la nación norteamericana incorpora a la isla «en la lista de los países patrocinadores del terrorismo».
Sosa lamentó que la «ocupación, los desalojamientos forzados y el genocidio» han llevado a Palestina a una «devastación y destrucción, creando una cárcel a cielo abierto para miles y miles de personas, principalmente niños y mujeres».
Para la ministra boliviana, la paz y la seguridad en Palestina «no se alcanzarán sin un compromiso verdadero con el respeto a los derechos humanos y el fin del genocidio».
Por esto, ratificó el «apoyo pleno» de Bolivia a la «autodeterminación e independencia de Palestina» y expresó su deseo de que «a la brevedad se constituya en un Estado pleno de la Asamblea de las Naciones Unidas».
Además, la canciller se refirió a la centenaria reclamación marítima de Bolivia a Chile que fue llevada en 2013 por el país andino ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya.
Bolivia buscaba un fallo que obligue a Chile a negociar en firme el acceso soberano al océano Pacífico que perdió en una guerra en 1879, pero en 2018 el tribunal de Naciones Unidas determinó que el Estado chileno no tiene la obligación legal de hacerlo.
Sosa aseguró que la corte instó en su fallo a ambas naciones a dialogar y aseguró que su país «está dispuesto a entablar el diálogo cuando así lo decida» su «contraparte».
En una aparente alusión al conflicto interno en el gubernamental Movimiento al Socialismo (MAS), la ministra lamentó que «intereses internos y externos hoy conflictúen el país e intenten desestabilizar a un Gobierno democrático».
«Estamos seguros de que con el apoyo y el acompañamiento de todos ustedes mantendremos y vamos a fortalecer nuestra democracia y la institucionalidad de nuestro país», agregó Sosa, que más temprano denunció ante el G20 los «intentos de desestabilización» contra el Gobierno boliviano.
La canciller concluyó su discurso con un ¡Jallalla (viva en aimara) los pueblos del mundo!.
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