El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, dijo este jueves que «ni sueña» con una «ruptura democrática», pero afirmó que la sociedad «quiere libertad», unas «elecciones libres» en 2022 y no ser dirigida por la «dictadura» de «uno o dos» jueces.
EFE
En una transmisión en vivo en sus redes sociales, el líder de la ultraderecha reiteró que el próximo 7 de septiembre, con ocasión del día de la Independencia, pretende participar en manifestaciones que sus seguidores han convocado para protestar contra el Parlamento, el Congreso y la Justicia electoral.
Pese a que ese es el objetivo proclamado por los grupos que han convocado las protestas, Bolsonaro aseguró que «el personal va a pedir libertad y el cumplimiento de los preceptos constitucionales».
Según el mandatario, «será un gran movimiento popular, pacífico y ordenado» y «nadie va a invadir nada ni va a depredar nada, como la izquierda siempre hace».
Bolsonaro reiteró sus ataques al sistema electrónico de voto que se usa en Brasil desde 1996 y que hasta ahora no ha sido objeto de una denuncia de fraude, insistió en que no es confiable y, sin prueba alguna, volvió a afirmar que sí propicia las trampas, que «pudieran ocurrir» en las presidenciales de 2022.
Del mismo modo, mantuvo su campaña de descalificación de la Corte Suprema y protestó por lo que calificó de «persecución implacable» contra activistas de ultraderecha acusados de difundir noticias falsas y promover ataques contra la instituciones democráticas.
Algunos de esos activistas, detenidos por orden del Supremo, organizaron el año pasado protestas similares a las convocadas para el 7 de septiembre para exigir una «intervención militar», «cerrar» el Parlamento y el Supremo y mantener a Bolsonaro en el poder.
Pese a que esas consignas están otra vez en la agenda de algunos de los grupos que organizan las próximas protestas, el presidente garantizó que ese «movimiento espontáneo de la población» quiere «libertad» y no una ruptura.
«No trabajamos con una ruptura, ni soñamos con eso, pero las personas están pidiendo libertad, transparencia, tranquilidad, sus derechos individuales, de ir y venir, a la libertad de expresión», porque «no puede ser que una o dos personas dicten las normas en Brasil», apuntó en alusión a los jueces del Supremo.
«Eso sí es una dictadura», sostuvo Bolsonaro, quien también avisó que si en las manifestaciones del 7 de septiembre hubiera violencia, sería solamente por causa de «infiltrados», aunque también apuntó que «la izquierda no tendría coraje» para eso.
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