El Alto Representante para la Política Exterior europea, Josep Borrell, pactó únicamente con la dictadura venezolana el envío de una delegación oficial a Caracas, mientras que los dirigentes de la oposición democrática y el presidente encargado, Juan Guaidó, solo fueron informados cuando la delegación ya estaba cruzando el Atlántico. En Bruselas, ni siquiera la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen estaba al corriente, según aseguran fuentes de la mayor solvencia.
De algún modo, la extraña gestión diplomática y el modo en que ha sido llevada a cabo parece haber irritado a todo el mundo, menos al régimen de Maduro. Varios eurodiputados del Partido Popular Europeo le han enviado una carta a Borrell en la que le piden explicaciones y no descartan obligarle a que las de en el próximo pleno de la Eurocámara.
Funcionarios del Servicio Europeo de Acción Exterior que dirige Borrell justificaron ayer el gesto como parte del «del seguimiento de la reunión ministerial del Grupo de Contacto Internacional celebrada el 17 de septiembre y el Consejo de ministros de Asuntos Exteriores del pasado lunes» reuniones en las que fue reiterado el mandato que tiene Borrell para intentar ayudar a superar el conflicto venezolano. La misma fuente confirmó que la delegación ha sido enviada a Caracas «para tener contactos con todas las partes interesadas, incluyendo todas las fuerzas políticas principales, la sociedad civil y la iglesia». Sin embargo, los funcionarios europeos partieron solamente con citas establecidas con JorgeRodríguez, ministro de Comunicación y hermano de Delcy Rodríguez, y el responsable de Asuntos Exteriores, Jorge Arreaza, ex yerno de Hugo Chávez. Estos dos dirigentes chavistas son de los pocos altos responsables de la dictadura que aún no están en la lista de sancionados que tienen prohibida su entrada en la UE. Habría sido difícil de justificar que un representante de la UE acuda a reunirse en Caracas con alguien que no puede entrar en Europa.
Cuando la embajadora europea en Caracas, Isabel Brilhante, comunicó ayer a los dirigentes de la oposición democrática acerca de esta gestión, la delegación ya había salido de viaje, lo que ha sido considerado como un menosprecio. Brilhante fue amenazada de expulsión en junio por Maduro, como un gesto para obligar a la UE a aceptar su autoridad de facto, después de que 25 de los 27 países hubieran reconocido a Guaidó como presidente encargado.
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