El alto representante de la Unión Europea (UE) para la Política Exterior, Josep Borrell, instó este martes a Bosnia Herzegovina a comportarse con los 1.700 inmigrantes varados desde hace días en ese territorio sin alojamiento adecuado «como un país que aspira» a entrar en la Unión Europea.
EFE
«Tenemos que asegurar que los migrantes que buscan asilo en la UE consigan un trato y unas condiciones de vida humanas durante todo el proceso de solicitud», dijo en su blog el jefe de la diplomacia europea, que lamentó que «por desgracia, esto es un problema no solo en Bosnia Herzegovina».
Borrell indicó que la UE está lista para ayudar a otros países a lograr ese objetivo pero que esos estados «deben asumir sus responsabilidades» y que como país que aspira a adherirse a la UE, «esos principios deberían aplicarse en Bosnia Herzegovina».
Según el alto representante, «lo particular en este caso es que hay una instalación plenamente equipada y disponible que no está siendo utilizada», en referencia al centro de recepción en Bira.
«El Consejo de Ministros de Bosnia y Herzegovina tomó la decisión de abrir el centro de Bira dos veces, el 21 y el 31 de diciembre. Sin embargo, las autoridades locales continúan bloqueándolo, resistiéndose a la implementación de la decisión», dijo Borrell.
Aunque también se habló de llevarlos a Bradina, «debido a la disfuncionalidad de la toma de decisiones en Bosnia y Herzegovina, las autoridades estatales no han puesto a disposición de los migrantes ninguna otra solución», lamentó el alto representante.
Esta semana la Unión Europea anunció que proporcionará 3,5 millones de euros en ayuda humanitaria para los migrantes, entre quienes hay 800 durmiendo al raso en la nieve, y pidió a las autoridades que les proporcionen un techo.
«La situación en el cantón de Una Sana es inaceptable», dijo en un comunicado Borrell, quien pidió trasladar a los migrantes a los centros que ya existen en el país y dar una solución temporal hasta que se reconstruya el campo de Lipa.
Este centro de recepción provisional, cercano a la frontera con Croacia y que ya no era apto para el invierno, fue destruido por un incendio el 23 de diciembre, lo que dejó a 900 personas al raso en medio de la nieve y a temperaturas bajo cero durante varios días.
El intento de trasladarlos a un centro de recepción en la cercana localidad de Bira -financiado por la UE- fracasó por las protestas de los vecinos y el rechazo de las autoridades locales, y del mismo modo se bloqueó la tentativa de alojarlos en un cuartel militar abandonado de Kojic, en el sudeste del país.
Tras los llamamientos de la comunidad internacional, el 1 de enero el Ejército bosnio levantó unas tiendas de campaña en Lipa para alojar a 900 migrantes, pero la UE calcula que otras 800 personas, incluyendo niños, siguen al raso.
La ayuda de la UE servirá para proporcionar ropa de invierno, mantas, comida, asistencia sanitaria y psicosocial, y contribuirá a limitar la propagación del coronavirus, pero Bruselas llamó a Bosnia a adoptar «soluciones a largo plazo».
Se estima que unos 8.000 inmigrantes que entraron de forma ilegal en Bosnia y quieren llegar a Croacia y luego a otros países ricos de la UE se encuentran actualmente en el país y que unos 3.000 están en diversas localidades cerca de la frontera con Croacia, a cielo abierto o en instalaciones devastadas.
Según la Comisión Europea, solo 5.400 refugiados e inmigrantes están alojados en centros temporales.
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