Los conservadores de la canciller Angela Merkel y los socialdemócratas de centro-izquierda parecen estar empatados en la votación del domingo para decidir su sucesor, según los sondeos a pie de urna, en una de las elecciones más imprevisibles de las últimas décadas en la mayor economía de Europa.
Los sondeos publicados por la televisión pública tras el cierre de los colegios electorales a las 18:00 horas (1600 GMT) situaban a los democristianos de Merkel y a su candidato, Armin Laschet, con alrededor del 24-25% de los votos, casi empatados con los socialdemócratas, que llevan a Olaf Scholz como candidato, con un 25-26%.
Dada la alta proporción de votantes que enviaron su papeleta por correo, los resultados finales aún podrían deparar sorpresas en el transcurso de la noche.
Las elecciones del domingo marcan el final de los 16 años de Merkel en el poder, y también empujan a Alemania, sinónimo de estabilidad, a un nuevo período de incertidumbre política.
Si no hay nada que separe a los dos partidos principales, tanto la CDU-CSU como el SPD podrían tratar de formar por separado en una lucha por el poder, un proceso largo que podría dejar a Alemania en la escena internacional durante algún tiempo. Para el Partido socialdemócrata alemán, Scholz tiene “un claro mandato para gobernar”, mientras que el secretario de la CDU de Merkel ya habla de “pérdidas amargas”.
Dos hombres se disputan el puesto de Merkel: el ministro de Finanzas y vicecanciller Olaf Scholz, de 63 años, del SPD, y Laschet, de 60 años, de la CDU-CSU.
Por detrás de los dos grandes partidos quedarían Los Verdes, que obtendrían un 15 por ciento de votos, mientras que el Partido Liberal Demócrata (FDP) lograría un 11 por ciento de apoyo. Por detrás quedan la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD, 11 por ciento) y La Izquierda (5 por ciento).
Estas cifras suponen una importante mejoría para el SPD y su candidato, Olaf Scholz, con respecto a 2017, cuando logró un 20,5 por ciento de apoyo, aunque está lejos de la clara victoria que esperaban para poder formar gobierno cómodamente. La alianza CDU/CSU queda en cambio lejos del 32,9 por ciento de respaldo de 2017 en las primeras elecciones sin Angela Merkel como candidata en 16 años.
En una votación compleja, los alemanes eligieron a los diputados que integrarán el Bundestag, representantes que luego tendrán la responsabilidad de formar una coalición gobernante. Los votantes tienen dos casillas para marcar en su boleta. Votaron en primer lugar, en su circunscripción, por un candidato al Bundestag, es decir un legislador. El que gane tendrá un lugar en el Parlamento.
Por otro lado, y por el sistema electoral del país, votaron una segunda opción, en este caso no directa sino proporcional, una lista de representantes de un partido político. Un sistema de contrapesos, muy equilibrado y que intenta no generar mayorías, asigna escaños de acuerdo con los porcentajes logrados por cada formación.
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