La Pascua es una fiesta cristiana que celebra la resurrección de Cristo después de su crucifixión el Viernes Santo. Y, sin embargo, en muchos países se simboliza con un lagomorfo de orejas caídas, dientes salientes y dispensador de huevos. ¿Dónde se originó exactamente la tradición del Conejo de Pascua?
BBC MUNDO
Encontrar una respuesta no es tan fácil como parece.
En la búsqueda hay que tener en cuenta que, al examinar el folclore y la historia del arte, a veces es difícil distinguir entre los conejos y las liebres.
Ambos son parte del orden taxonómico Lagomorpha y de la familia Leporidae, y a menudo han sido tratados como iguales en las religiones, las fábulas y la cultura visual.
¿Estarán relacionados con la Pascua porque a menudo se los considera sagrados?
Las liebres fueron veneradas en la mitología celta y se las representa como astutas embaucadoras en los mitos de las tribus nativas americanas, incluidas Michabo y Manabush.
Cuentos similares se encuentran en las fábulas de África Central y la figura relacionada de Br’er Rabbit, el héroe por excelencia de la astucia. Esa percepción de astucia sigue viva hasta en dibujos animados, como Bugs Bunny.
Según el folclore británico, las brujas pueden transformarse en conejos y liebres, y en muchas culturas se los considera presagios tanto de la buena como de la mala suerte.
Las liebres son corredoras rápidas y ágiles, lo que puede explicar la percepción general de ellas como astutas o misteriosas y oscuras.
Respaldando ese punto de vista está el fascinante fenómeno transnacional del símbolo de las «tres liebres», que aparecen corriendo en un círculo sin fin con las orejas tocándose para formar un triángulo.
Se encuentra en muchas iglesias medievales en Reino Unido, en catedrales y sinagogas en Alemania, en iglesias parroquiales francesas y en otros lugares de Europa.
Pero también en artefactos creados en Siria, Egipto y el valle de Swat en Pakistán que datan del siglo IX d.C.
El ejemplo más antiguo está en las cuevas de Dunhuang en China, un lugar sagrado budista creado en el siglo VI d.C.
El atractivo del símbolo de las «tres liebres» se encuentra en parte en su ilusión óptica central: individualmente, cada liebre tiene dos orejas, pero parece que solo hay tres en total.
La razón por la que se dispersó de forma tan amplia posiblemente se deba al comercio internacional en el primer milenio d.C.
Junto con muchos otros símbolos artísticos omnipresentes, es muy probable que apareciera en objetos que se compraban, vendían y exportaban a lo largo de las Rutas de la Seda que unían Europa con Asia.
Se cree que el símbolo implica prosperidad y regeneración a través de su composición cíclica y formas superpuestas.
Esos temas de renovación y renacimiento parecen ligados al mensaje pascual.
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