En el mundo, más de 55 millones de personas tienen demencia en la actualidad y cada año se diagnostican casi diez millones de casos nuevos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). De ese total, la enfermedad de Alzheimer es la forma más común y puede representar entre un 60% y un 70% de los casos.
El Alzheimer es “un trastorno del cerebro que lentamente destruye la memoria y las habilidades de pensamiento y, con el tiempo, la capacidad de realizar hasta las tareas más sencillas”, explicaron desde el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento (NIA), dependiente de los Institutos Nacionales de Salud de EEUU. En ese sentido, agregaron que “en la mayoría de las personas con esta enfermedad, los primeros síntomas aparecen más tarde en la vida”.
Ante esta realidad, detectar estas patologías de forma precoz, ya que son neurodegenerativas, es esencial para garantizar un mejor tratamiento y calidad de vida. Ahora, un reciente estudio anunció una prometedora prueba en la que se utilizaría solamente una gota de sangre o, tal como se lo denomina técnicamente, un biomarcador sanguíneo. Cuál es la importancia de este avance, según expertos consultados por Infobae.
“En la enfermedad de Alzheimer (EA), los biomarcadores sanguíneos se han convertido en herramientas escalables para la evaluación clínica, el reclutamiento de ensayos y el seguimiento de la enfermedad”, comienza el trabajo publicado en la revista JAMA Neurology.
Los científicos de la Universidad de Gotemburgo en Suecia, a cargo de la investigación, explicaron que “un biomarcador sanguíneo sólido y preciso permitiría una evaluación más completa del deterioro cognitivo en entornos donde las pruebas avanzadas son limitadas”, además de “mejorar un diagnóstico temprano y preciso de la EA, lo que conducirá a un mejor manejo del paciente y, en última instancia, al acceso oportuno a terapias modificadoras de la enfermedad”.
“En la actualidad, los biomarcadores de enfermedad de Alzheimer son los de líquido cefalorraquídeo (NdeR: una sustancia que circula alrededor y en el interior del cerebro y la médula espinal con la función de proteger ante lesiones) y los basados en las neuroimágenes. Pero el futuro está en los biomarcadores en sangre”, había explicado en una nota reciente a Infobae el doctor Ricardo Allegri (MN 63538), jefe de Neurología Cognitiva, Neuropsicología y Neuropsiquiatría de Fleni.
Y sobre este horizonte se posicionó el reciente estudio, en el cual se analizó una prometedora y más accesible prueba que utiliza solo una gota de sangre para realizar una detección de la patología. Desarrollada por ALZPath, este análisis evitaría el uso de los otros métodos diagnósticos (denominados “estándares de oro” por su alta precisión) que se utilizan para determinar la presencia de la patología: imágenes PET (tomografía de emisión de positrones) y pruebas de líquido cefalorraquídeo mediante punción lumbar (LCR).
Consultada al respecto por Infobae, la médica neuróloga Celeste Esliman (MN 152.999) analizó: “Lo que se propone en este trabajo es utilizar un biomarcador en sangre de la proteína tau fosforilada en treonina 217 (p-tau217), ya que ha demostrado ser el más adecuado (hay otros p-tau que se pueden medir) para diferenciar la enfermedad de Alzheimer de otros trastornos neurodegenerativos que también pueden tener tau. Además parece ser que p-tau217 demuestra una trayectoria longitudinal única, mostrando aumentos en sangre asociado con un empeoramiento de la atrofia cerebral y una disminución del rendimiento cognitivo en individuos con patologías de la proteína Beta amiloide elevada. Es decir, tendría utilidad tanto diagnóstica temprana como para el seguimiento”.
Los detalles del estudio y su alcance
Para poder conocer la precisión de este estudio, los científicos realizaron pruebas clínicas. Para ello, los expertos realizaron un trabajo que contó con casi 800 participantes en tres poblaciones de pacientes diferentes: EE. UU., Canadá y España. El objetivo fue detectar cuán exactos eran sus resultados al contraponer los datos con los estudios denominados “estándares de oro”.
Según anunciaron en un comunicado de prensa, el trabajo, que consistió en “tres estudios clínicos independientes como parte de una colaboración internacional entre investigadores de Suecia, España, Canadá y Estados Unidos” , mostró “una alta precisión diagnóstica al identificar niveles elevados de amiloide y tau en el cerebro en todas las cohortes”.
“El análisis de sangre funcionó excelentemente (tenía una precisión de casi el 95%) y en ese sentido, eventualmente podría reemplazar al LCR”, aseguró Nicholas Ashton, profesor asociado de neuroquímica en la Universidad de Gotemburgo y autor principal del estudio, en declaraciones a Time; y agregó: “Esta prueba demostró que la sangre y el LCR funcionaban exactamente igual”.
En ese tono, Esliman destacó a Infobae: “Resulta interesantísima la posibilidad de acceder a un método que permita inferir patología de enfermedad de Alzheimer, incluso en etapas asintomáticas, y poder planificar tratamiento y dar consejería temprana. Además de resultar costo-efectivo, permitiría realizar más estudios científicos destinados a encontrar nuevos blancos terapéuticos”.
Al tiempo que los profesores Kaj Blennow y Henrik Zetterberg, coautores de la publicación en cuestión, afirmaron en el comunicado de prensa emitido por el laboratorio que “este es un hallazgo fundamental en los biomarcadores sanguíneos para el Alzheimer, que allana el camino para el uso clínico del ensayo ALZpath pTau 217″. “Este sólido ensayo ya se utiliza en varios laboratorios de todo el mundo”, agregaron.
Otro profesional consultado por Infobae fue Alejandro Andersson, neurólogo y director médico del Instituto de Neurología Buenos Aires (INBA). “En el Alzheimer, una proteína llamada APP, que conecta las neuronas, se reemplaza cuando se desgasta. En lugar de eliminarse de manera soluble, se degrada de forma diferente y se vuelve insoluble. Esto resulta en un pegote transparente que altera las neuronas y rompe su esqueleto interno, hecho de proteína tau. Cuando la proteína tau se fosforila, se separan pedazos de la cadena de los túbulos que forman el esqueleto de la neurona, provocando su muerte”, postuló Andersson.
Y completó: “En este proceso de Alzheimer, se acumula beta amiloide y aparece proteína tau fosforilada. Los investigadores están buscando formas de diagnosticar la enfermedad antes de que se manifieste un deterioro cognitivo. Estas pruebas serían ideales para iniciar tratamientos tempranos. Los investigadores están desarrollando pruebas para medir la proteína tiroidea y la proteína tau en sangre, lo que podría permitir la detección del Alzheimer con una sola gota de sangre. Aunque aún se lucha contra los falsos positivos y negativos, los avances son prometedores y pronto podríamos tener una solución más eficaz”.
“No solamente es para diagnosticar la enfermedad cuando tenés el síntoma, sino que además te puede llegar a permitir diagnosticarla antes de que comiencen los síntomas. Entonces, si tenés del otro lado un medicamento eficiente, ese medicamento va a ser mucho más efectivo porque estás comenzándolo cuando hay un mínimo número de neuronas comprometidas”, valoró Andersson.
Por su parte, según había resaltado en una reciente nota con Infobae el neurólogo Guido Dorman, miembro del Departamento de Neurogerontopsiquiatría y de la Clínica de la Memoria de INECO, “el Alzheimer empieza 10 o hasta 20 años de que inicien los síntomas”, es por ello que destacó que la ventaja del uso de los biomarcadores radica en que “con un simple análisis de sangre de mínima invasividad se podría hacer una detección a gran escala en personas asintomáticas”.
“La ciencia va en camino a poder diagnosticar el Alzheimer con tiempo. Es esperanzador llegar a hacerle un análisis de sangre a todas las personas de 50 o 55 años y empezar algún tratamiento para, eventualmente, evitar el desarrollo o enlentecer el inicio de la patología. El Alzheimer es incurable pero no quiere decir que no sea tratable”, sostuvo Dorman.
En qué consiste este análisis
El test que fue puesto a prueba mide una sustancia denominada tau fosforilada, una proteína que se posicionó como un biomarcador del Alzheimer, ya que su presencia aumenta a medida que se forman en el cerebro grupos de proteína amiloide, los cuales son indicios de la enfermedad incluso antes de que los síntomas se manifiesten.
Más allá de estos resultados, que se realizaron en el marco del uso científico que se le está brindado a esta prueba diagnóstica, los expertos esperan que se incorpore a la práctica diaria, siendo que los médicos en Suecia la habrían comenzando a incorporar entre los análisis de sangre en un programa general para diagnosticar y controlar el Alzheimer, según explicó Ashton.
“Esperamos que todas las personas sospechosas de tener demencia puedan acceder a esta prueba, que revela la patología subyacente de lo que podría estar causando sus síntomas”, dijo el científico al medio norteamericano. Asimismo, los expertos indicaron que, para aquellas personas ya diagnosticadas con la enfermedad, esta prueba podría ser una herramienta ideal para detectar los pacientes que podrían beneficiarse con tratamientos antiamiloide.
“Esta capacidad de diagnóstico ofrece una ayuda cada vez más vital en el manejo médico y las decisiones de tratamiento para el Alzheimer, especialmente a medida que los nuevos tratamientos modificadores de la enfermedad se vuelven más accesibles”, afirmó el Dr. Andreas Jeromin, director científico de ALZpath.
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