El regreso de la regla que obliga a los solicitantes del llamado «asilo afirmativo» en Estados Unidos a llevar un intérprete propio a las entrevistas de Inmigración no afectará a los recién llegados ni a los migrantes en la frontera, afirmaron expertos legales.
“Esto será para cualquier persona que no esté en procesos de remoción, pero esté solicitando al asilo… puede ser un problema de debido proceso para las personas que necesitan intérpretes y no pueden pagarlos. Pero el temor de que se aplique a personas recién llegadas a la frontera no es así en la gran mayoría de los casos”, dijo a la Voz de América Lily Axelrod, abogada de inmigración en EEUU.
Contrario a lo que se cree, este requerimiento no es nuevo. Los Servicios de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS, por sus siglas en inglés) ya exigían al migrante que proporcionara su propio intérprete en las sesiones, un servicio que comenzó a ofrecer temporalmente durante la pandemia de COVID-19 para limitar la cantidad de personas en sus salas y minimizar los contagios.
Ahora, al finalizar la declaratoria de Emergencia de Salud Pública en mayo pasado, el USCIS está reestableciendo sus políticas pre-pandemia.
Si el migrante no domina el inglés, no cuenta con un intérprete en la sesión «y no demuestra una razón justificada» para no proveerlo, «puede que consideremos esto como una incomparecencia a su entrevista y podríamos desestimar su solicitud de asilo», advirtió USCIS en un comunicado.
Los Servicios de Inmigración no han contestado a una solicitud de comentarios de la VOA sobre el restablecimiento de la medida pre-pandemia.
Un sistema de asilo sobrecargado
Sin embargo, este requerimiento solo aplica para quienes se encuentran en medio de lo que se conoce como asilo afirmativo, que aplica para quienes no se encuentran en proceso de deportación del país.
El sistema de asilo de EEUU se divide en asilo afirmativo y asilo defensivo. En el caso del afirmativo, se trata de personas que hayan llegado al país con una visa o no hayan sido detectados por inmigración, y se presentan ante USCIS para pedir asilo.
En la frontera, los migrantes que son detenidos por las autoridades son puestos en procesos de deportación que pueden ser apelados a través de una solicitud de asilo defensivo y una entrevista de miedo creíble.
El teléfono celular de un solicitante de asilo cuelga mientras recarga la batería, a la espera de cruzar a EEUU con una cita a través de la aplicación de Aduanas y Protección Fronteriza, en un campamento improvisado en Matamoros, México, el 21 de junio de 2023.
“En ese caso tendrá un intérprete judicial. Entonces, es solo para personas que llegaron sin ningún contacto con inmigración o que llegaron legalmente con una visa o personas que entraron y tuvieron contacto con inmigración y por una razón u otra, inmigración decidió no solicitar la deportación en su contra”, agregó.
La abogada explicó que el sistema de asilo en EEUU “está tan cargado” que actualmente se están entrevistando a personas que aplicaron hace tres, siete y hasta ocho años, y ya están establecidas en el país.
El proyecto TRAC de la Universidad de Siracusa estima que hasta finales del 2022, el número de personas esperando por una entrevista de asilo afirmativo eran unas 185.057.
En una carta enviada en enero de 2023 por el congresista republicano Andy Barr a la directora de USCIS, Ur Jaddou, este expuso datos recibidos por su oficina que afirman que hasta entonces, habían unas 500.000 solicitudes de asilo por procesar en EEUU.
El impacto no será el mismo
El regreso a los procesamientos regulares de USCIS pone sobre la mesa ventajas y desventajas para los solicitantes, explicó Axelrod.
“Si un cliente tiene fondos ilimitados, siempre preferiría traer nuestro propio intérprete porque los intérpretes proporcionados por el gobierno son contratistas, algunos son fantásticos, otros no”, explicó.
En casos en los que la entrevista se alarga, una persona habría sido expuesta a dos o tres intérpretes, agregó la abogada, “lo que puede interferir con la comodidad del cliente al compartir una historia traumática con varias personas que se desconectan”.
Sin embargo, aseguró que era “agradable” tener la opción de tener un un intérprete proporcionado por el gobierno sin costo adicional como sucede en los tribunales de inmigración, quienes se encargan del asilo defensivo.
Un reto adicional se presenta para los migrantes que no hablan español, expuso Axelrod. “Lenguas guatemaltecas indígenas, por ejemplo, es difícil o imposible encontrar un intérprete competente, a veces es alguien que conoces personalmente con quien no estás cómodo que juegue ese rol”, dijo.
Según la regla, el intérprete debe ser mayor de 18 años y no podrá ser el abogado o representante legal del solicitante, tampoco un testigo, funcionario del gobierno del país de origen u otro solicitante con un caso pendiente.
“Creo que es potencialmente un problema de acceso a la justicia para personas que no pueden pagar un intérprete por su cuenta”, dijo.
Un grupo de migrantes de Venezuela, Ecuador y Haití cruzan el río Muerto en el Tapón del Darién, mientras continúan su viaje hacia la frontera con Estados Unidos, en Acandí, Colombia el 9 de julio de 2023.
La abogada de Inmigración Rosaly Chaviano, coincidió en que este es un tema que tiene dos lados: uno positivo y uno negativo. Este último relacionado con los «costos en honorarios» que los solicitantes de asilo tienen que en ocasiones pagar de sus bolsillos.
«El lado positivo que siempre le he visto yo de llevar nuestro propio intérprete es de que sabemos que esa persona va a ser objetiva (…) y que va a traducir correctamente. Hay muchas veces que los casos realmente pueden ser afectados por una mala interpretación», indicó.
La abogada insistió en que «es bueno tener hasta cierto punto el control sobre quién realmente va a hacer esa interpretación» y reconoció que aconseja a sus clientes el uso de intérpretes profesionales, en lugar de familiares y conocidos, para asegurarse de las interpretaciones son correctas y los casos no sean afectados por esa razón.
Intérpretes al rescate
Navegar un complicado sistema legal es ya intimidante para la mayoría de los migrantes, tratar de entender procesos en un idioma distinto a tu lengua materna puede ser abrumador, sumado a los costos que puede implicar para un migrante en EEUU.
Por eso, organizaciones como Refugees Translation Project trabajan de cerca con abogados, firmas legales y organizaciones sin fines de lucro para ofrecer servicios profesionales interpretación y traducción de documentos a refugiados y solicitantes de asilo que llegan a territorio estadounidense desde naciones como Afganistán, Turquía, Eritrea y Turquía hasta países latinoamericanos.
Su presencia en la web y redes sociales facilitan también que sean los propios solicitantes de asilo quienes se acerquen directamente a la organización, aunque mayormente trabajan de conjunto con bufetes de abogados y oenegés, explicó a la VOA, Damian Harris-Hernández, director ejecutivo de Refugees Translation Project.
«Nuestros servicios son gratuitos para las personas cuyos costos de traducción no están cubiertos por otra organización. Entonces alguien viene y tiene un abogado privado, por ejemplo, y necesitan pagar de su bolsillo su traducción o interpretación, brindamos ese servicio de forma gratuita», explicó el traductor de turco, quien en 2017 fundó el proyecto a través de crowdfunding.
El trabajo de los intérpretes de Refugees Translation Project es mayormente remoto, comentó Harris-Hernández, debido a que atienden clientes de todas partes del país, pero sí asisten a sesiones en persona, sobre todo en las áreas de Nueva York y Nueva Jersey.
«Comenzamos por el turco, poco después agregamos el árabe y ahora ha crecido a unos 18 idiomas diferentes. Desde el inicio hemos trabajado en unos 550 casos (…) y cada caso puede abarcar desde una hasta cinco personas», especificó.
Solo en lo que va de año, el proyecto ha brindado sus servicios en más de 40 casos pro bono, y otros 80 en colaboración con organizaciones, en los que estas cubren los honorarios de los profesionales. «Hemos visto un aumento en las solicitudes de traducción de personas que se alojan en el sistema de refugios de la ciudad de Nueva York», agregó Harris-Hernández.
«También hemos estado trabajando con otras organizaciones este año realizando un extenso trabajo de traducción de guías informativas para ayudar a los solicitantes de asilo y otros inmigrantes a acceder a recursos legales, de salud y otros recursos vitales», adelantó
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