Cuando el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, citó sus prioridades en política exterior en un discurso ante el Congreso dos semanas atrás, evitó cualquier mención a israelíes y palestinos.
Por BBC
Para algunos, eso reflejó una realidad: Biden está más enfocado en asuntos como el cambio climático, China, Rusia, Irán o la emigración desde Centroamérica, que en buscar una solución a un conflicto en Medio Oriente que perdura en el tiempo.
Después de todo, sus cuatro predecesores en la Casa Blanca malograron sus promesas o esfuerzos reales de alcanzar un acuerdo de paz entre israelíes y palestinos.
Desde que asumió en enero, Biden ni siquiera ha nominado un embajador de EE.UU. en Israel, ni un cónsul general en Jerusalén para los palestinos.
Pero la escalada de violencia entre israelíes y palestinos esta semana, con decenas de muertos y advertencias de las Naciones Unidas sobre el riesgo de una «guerra a gran escala» en Medio Oriente, plantea un desafío inesperado para Washington, según expertos.
«Que haya ocurrido de esta manera y se intensificara tan rápido creo que es una sorpresa» para el gobierno de Biden, dice Nathan Brown, un experto sobre Medio Oriente en la Universidad George Washington, a BBC Mundo.
Ahora muchos se preguntan qué rol jugará en esta crisis EE.UU., aliado clave de Israel.
¿Un tercero efectivo?
Luego de dos días de escalada de la violencia en Medio Oriente y de distintos cuestionamientos a su política, Biden pareció asumir una posición más activa en las últimas horas.
El mandatario habló el miércoles con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, por teléfono y le «transmitió su apoyo inquebrantable a la seguridad de Israel y al derecho legítimo de Israel a defenderse», informó la Casa Blanca.
Durante la conversación, Biden también «condenó los ataques con cohetes de Hamas y otros grupos terroristas, incluso contra Jerusalén y Tel Aviv», indicó el comunicado oficial.
«Mi esperanza es que veamos esto llegar a una conclusión más pronto que tarde», dijo el presidente más adelante a la prensa.
El mismo miércoles, el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, habló telefónicamente por separado con Netanyahu y con el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, para discutir la situación y pedir el fin de la violencia, indicó su portavoz.
Blinken también despachó «inmediatamente» a la región a su subsecretario adjunto para asuntos israelíes y palestinos, Hady Amr, para reunirse con líderes de ambas partes.
Sin embargo, interrogado reiteradamente por periodistas sobre qué puede hacer EE.UU. aparte de llamar a reducir las tensiones, Blinken se mantuvo en su guión, sin mencionar eventuales caminos de salida.
Washington ha indicado que mantiene contactos diplomáticos con países de la región como Egipto, Jordania y Qatar.
No obstante, por ahora nada de esto parece efectivo para detener la violencia.
El Consejo de Seguridad de la ONU mantuvo el miércoles su segunda reunión de emergencia esta semana para analizar la crisis.
Pero ambos encuentros acabaron sin que se emitiera una declaración conjunta, según distintos reportes debido a la reticencia de EE.UU.
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