Dos italianos, declarados culpables el pasado octubre por violar a una ciudadana británica en un club nocturno de Londres en el 2017, han sido sentenciados este 22 de noviembre a siete años y medio cada uno de cárcel, en una audiencia judicial en el Tribunal de la Corona de Isleworth, en Londres.
El juez Giles Curtis-Raleigh durante la lectura de la sentencia contra Ferdinando Orlando, de 25 años, y Lorenzo Costanzo, de 26, ha comentado que ambos habían cometido «delitos muy graves» contra «una joven completamente inocente y vulnerable».
Los italianos conocieron a la joven, de 23 años, en el club nocturno West End en febrero del 2017. Se acercaron a la chica, visiblemente embriagada en la pista del baile, empezaron a besarla entre los dos y minutos más tarde se la llevaron a una sala de mantenimiento, donde la violaron y filmaron lo sucedido con un móvil.
16 minutos después, una cámara de seguridad registró el momento en que los hombres salieron de la sala intentando sujetar a la chica, le acabaron de colocar bien el vestido y la hicieron entrar en los baños femeninos, donde la abandonaron.
A continuación, los jóvenes salieron al exterior del club, se pusieron a ver la grabación del ataque en sus celulares, lo mostraron a un conocido, tras lo cual se chocaron las manos y abandonaron el lugar.
De acuerdo con el juez, «cada uno [de los condenados] tuvo relaciones sexuales con ella tanto por vía oral como vaginal en un momento en que era incapaz de dar su consentimiento». El magistrado ha señalado que al chocar las manos los estudiantes exhibieron «lo que se denomina comportamiento triunfalista».
https://youtu.be/0d8h84p6sC4
Lesiones físicas y psicológicas
La joven violada permaneció abandonada en el baño durante más de una hora, antes de que el personal del club la encontrara con un dolor severo. Una pareja francesa la ayudó a regresar a su casa y un compañero llamó a una ambulancia y fue llevada al hospital debido a un dolor intenso.
Tras la violación, la joven perdió 230 mililitros de sangre y tuvo que ser sometida a una cirugía. El médico que atendió a la víctima admitió que nunca antes había visto una «lesión tan inusualmente grave» como en este caso.
No obstante, al comentar las heridas de la joven, el juez destacó que la evidencia médica en el juicio «deja en claro que los médicos no pueden decir cómo ocurrió esa lesión» y, como resultado, los violadores no han sido condenados por haberla causado.
Por otra parte, el magistrado indicó que la víctima había sufrido un «daño psicológico muy significativo» y que le habían diagnosticado un trastorno de estrés postraumático.
En una declaración ante el juzgado, la víctima —cuya identidad no ha sido revelada— señaló que no recuerda mucho del ataque, pero sí que tuvo «un dolor increíble y apenas podía caminar por el dolor».
Además, confesó que la impactó mucho, aparte del hecho que la violaron, que fuera no un hombre, sino dos y que en vez de arrepentirse se chocaran las manos cuando salieron del club, «como si estuvieran orgullosos de lo que acababan de hacer».
«Después del juicio, me di cuenta de que lo que sucedió en esa sala de mantenimiento esa noche fue filmado en un teléfono por los dos hombres. Sentí toda una mezcla de emociones, desde shock hasta malestar estomacal; ira y, por último, preocupación», ya que «no tengo control sobre a quién le han mostrado las imágenes».
Cabe mencionar que ambos hombres, antes de que fueran declarados culpables, alegaban a que el sexo fue consentido, pero la víctima, citada por la Policía Metropolitana, declaró que «no consintió tener relaciones sexuales con ninguna de estas personas o con ambas esa noche o en cualquier otro momento».
Con información de RT
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