Las autoridades del condado Manatee, en Florida (EE.UU.), confirmaron este martes que no se ha detectado una segunda brecha en el embalse con desechos líquidos de fosfato de la planta en desuso de Piney Point, por lo que dieron luz verde a la reapertura de la importante autopista interestatal US 41.
Según el Departamento de Protección Ambiental de Florida (FLDEP), la preocupación por una segunda fuga provino de un chorro de aguas residuales que empuja decenas de miles de galones adicionales diarios día hacia el río Piney Point Creek, que se conecta a la Bahía de Tampa.
Pero, en un comunicado publicado en Twitter, el Departamento de Seguridad Pública del condado de Manatee, en la costa oeste del estado, señaló hoy que se siente «seguro de reabrir la autopista US 41», también conocida como Ruta 41, que se extiende desde Miami hasta la península superior del estado de Michigan.
A partir de imágenes tomada por un dron, las autoridades de Manatee investigaban el lunes una posible segunda fuga del embalse antes de que colapsara y evitar así «un desastre» ecológico.
El estado de emergencia decretado en las inmediaciones de la planta Piney Point, propiedad de la compañía HRK Holdings y en desuso desde 2001, obligó a evacuar más de dos centenares de reclusos de la cárcel central del citado condado.
Dada la preocupación de las autoridades locales, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, visitó el pasado domingo la zona donde se encuentra la planta en desuso y sus estanques de retención.
Uno de estos estanques de retención, que contiene entre 700 y 800 millones de galones (entre 2.600 y 3.000 millones de litros) de desechos líquidos, presenta grietas y filtraciones y hay peligro de que se rompa y libere su contenido.
Este martes continúa el bombeo del agua contaminada y, según el canal local Sepectrum News 9, al menos 26 bombas y 10 camiones de vacío trabajan a toda máquina para acelerar aún más el proceso de drenaje En una carrera ininterrumpida para salvar cientos de hogares y evitar una catástrofe ambiental, las cuadrillas están bombeando cientos de millones de galones de aguas residuales del depósito con fugas en la antigua planta de yeso fosfatado antes de que colapse.
También se espera que la comisionada estatal de Agricultura, Nikki Fried, visite la zona este martes.
Las autoridades locales afirman que el agua no es radiactiva y pasa los estándares de calidad, aunque contiene fósforo y nitrógeno, lo que la hace ácida y potencialmente dañina.
El congresista estatal Vern Buchanan, cuyo distrito cubre el área afectada, insistió en que debería haberse hecho algo antes.
«Esto es algo que podría haberse tratado a lo largo de los años. No estoy buscando evaluar ninguna culpa ni nada más», señaló el republicano Buchanan, que ayer sobrevoló la zona en helicóptero.
Según una investigación del medio ABC Action News, publicada este lunes, la empresa propietaria de la antigua mina de fosfato de Piney Point, HRK Holdings, se declaró en quiebra al ser demandada por un banco.
El presidente del Senado de Florida, el republicano Wilton Simpson, y el senador Jim Boyd anunciaron ayer que han considerado una enmienda presupuestaria para acometer la limpieza y restauración total de Piney Point, que se prevé que costará más de 200 millones de dólares.
Se utilizarán fondos federales del Plan de Rescate Estadounidense para su consideración cuando la legislatura dé por terminado el presupuesto del año fiscal 2021-22 a finales de este mes.
«Este es un problema que ha impactado a nuestra comunidad durante un cuarto de siglo, y estoy agradecido al gobernador DeSantis por priorizar esta limpieza y prometer que las partes responsables rindan cuentas», dijo el senador Boyd en un comunicado. EFE
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