El juez Brian Cogan informó este miércoles de que no será hasta dentro de 60 días que dictamine en qué prisión de alta seguridad deberá pasar sus días el narcotraficante mexicano Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, quien en su día protagonizó dos huidas en presidios de México.
Tras la condena a cadena perpetua dictaminada por el juez federal de Nueva York, el Chapo deberá seguir dos meses más en el penal de máxima seguridad de Manhattan, en donde no puede salir al exterior y que, según dijo este miércoles el propio capo, ha supuesto para él una “tortura” física y psicológica desde que llegó extraditado a Estados Unidos en enero de 2017.
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Diferente analistas apuntan a que el Chapo podría cumplir la condena en la prisión federal de máxima seguridad en Colorado, el “Alcatraz de las Rocosas”, la cárcel más segura del país, que podría ser la escogida por el juez Cogan.
Esta prisión, Administrative Maximum Facility (ADX), en Florence, en el estado de Colorado, es de las más seguras del mundo y es conocida también como Supermax, 90 millas al sur de Denver.
Abrió sus puertas en 1994 para albergar a los reos más peligrosos y otros que representen amenaza para la seguridad nacional.
El confinamiento en solitaria y de extrema seguridad que ha vivido Guzmán Loera desde que fue extraditado desde México a EE.UU. en enero de 2017, -en una celda de 18 metros cuadrados en la cárcel federal en Manhattan con una ventana opaca-, continuará por el resto de su vida en este país.
Las celdas en la ADX son paredes de cemento y a prueba de sonido para evitar la comunicación con otros reos, algunas sin ventanas, donde los reclusos pasan 23 horas a solas, con contacto mínimo con personal de la ADX. Las tuberías de las unidades en que está dividida la prisión no transmiten sonidos.
A esta prisión son enviados aquellos que el sistema federal de prisiones ha declarado los más peligrosos, como líderes de pandillas violentas, terroristas, o reos que han atacado a otros prisioneros o a oficiales de seguridad de cárceles a través del país.
La ADX alberga hasta 405 reos y entre los que estuvieron allí figuró Timothy McVeigh, condenado a pena capital y ejecutado en 2001 por el atentado contra el edificio federal en Oklahoma, en 1995, que costó la vida a 168 personas y 600 heridos.
Allí están José Padilla, de origen puertorriqueño, conocido como el “talibán boricua”, por su apoyo a la red terrorista Al Qaeda; Mahmud Abouhalima, por el atentado contra las Torres Gemelas en el 1993; el asesino en serie, el médico Michael Swango, y el “Unabomber” Ted Kaczynski, profesor de matemáticas que enviaba cartas bomba.
También el franco-marroquí Zacarías Moussaoui, por su conspiración en los atentados terroristas del 11-S, o Dzhokhar Tsarnaev, condenado a pena de muerte por las dos bombas caseras que mataron a tres personas e hirieron a otras 264, en el maratón de Boston en 2013, cuya sentencia apeló el pasado diciembre.
EFE