Arnold de Jesús Ricardo Iregui, un taxista de 57 años que falleció el lunes pasado, es la primera víctima del coronavirus en Colombia.
En la mañana de este miércoles, el Ministerio de Salud confirmó que su hermana, Liliana Ricardo, quien además fue su cuidadora, tuvo un resultado positivo en el test de coronavirus.
Con respecto al fallecimiento de un ciudadano de 58 años con sospecha de enfermedad por coronavirus, ocurrida el 16 de marzo en Cartagena, informamos: pic.twitter.com/nUxMA2SQyQ
— MinSalud Colombia 🇨🇴 (@MinSaludCol) March 18, 2020
EL TIEMPO reconstruyó los últimos días de vida de este hombre, padre de tres hijos, dos varones y una joven. Esta es la historia.
Arnold de Jesús Ricardo Iregui fue sepultado en la noche del lunes pasado por un puñado de amigos y por su hermana, Liliana Ricardo. Ni sus hijos ni su madre pudieron llegar hasta Cartagena para el último adiós, porque el virus que acosa al planeta también está frenando la movilidad interna en Colombia.
Su hermana asegura que Ricardo Iregui había recogido a dos turistas italianos en la zona turística de la ciudad, antes de presentar un diagnóstico de neumonía que desencadenó en la muerte de un fiel hincha del Junior de Barraquilla, su tierra natal.
El primer reporte sobre el deceso del hombre, quien cumpliría 58 años este viernes, lo dio la Clínica Cartagena del Mar S. A. S., donde vivió sus últimas horas en cuarentena.
“… El día 13 de marzo de 2020 recibió paciente masculino de 58 años de edad, quien ingresó remitido de su EPS por cuadro respiratorio de neumonía adquirida en la comunidad y fallece el día de hoy (marzo 16 de 2020). Una vez identificado el nexo epidemiológico, se le dio manejo como sospecha de covid-19, activándose el protocolo establecido, en compañía de los entes de control…”, había señalado en comunicado de prensa la Clínica Cartagena del Mar S. A. S.
“Solo vivíamos los dos, y él me contó que recogió a dos turistas italianos, según él por el idioma, y los llevó hasta un hostal. En el recorrido estornudaron varias veces”, señala Liliana Ricardo, la hermana. Ella está en cuarentena en su casa porque es portadora del covid-19.
Según ella, el contacto de su hermano con los extranjeros ocurrió el miércoles 4 de marzo dentro del taxi.
El sábado 7 de marzo él estaba muy enfermo y fuimos a su EPS Salud Total, y el médico le dio tratamiento con azitromicina, pero no le comentamos del encuentro con los extranjeros en el taxi.
“El sábado 7 de marzo, él estaba muy enfermo y fuimos a su EPS, Salud Total. El médico le dio tratamiento con azitromicina, pero no le comentamos del encuentro con los extranjeros en el taxi”, relata Liliana.
Según ella, el médico ordenó un día de incapacidad, que el paciente cumplió a cabalidad el domingo siguiente.
El lunes 9 de marzo trabajó desde primeras horas del día en sus recorridos cotidianos en taxi por Cartagena.
Pero en la noche regresó enfermo a su casa en el barrio Los Alpes.
Arnold había enviudado. Sus hijos varones viven en Bogotá y su hija de 25 años, en Santa Marta.
“El martes amaneció con fiebre. Se tomó un acetaminofén y se fue a trabajar, pero por la noche regresó con la fiebre más alta y con decaimiento”, añade Liliana.
“El miércoles 11 de marzo en la madrugada nos fuimos de urgencia para su EPS y le ordenaron una radiografía de tórax. El médico que lo vio dijo: ‘Esto no me gusta, pero a ese coronavirus no hay que tenerle miedo’. No lo internó, sino que le dio incapacidad por tres días”, dice.
El jueves por la noche, como el estado de salud del taxista no mejoraba, su hermana nuevamente lo llevó a la EPS, ubicada en el barrio Santa Lucía.
Para sorpresa de ella, esa noche le hicieron una nueva placa y se ordenó que fuera internado en una clínica.
“El viernes 13 de marzo llegamos de madrugada a la Clínica del Mar y a él lo internan a las 10 de la mañana. Yo salí a comer algo y cuando regreso al mediodía ya no me permitieron ingresar. Lo aislaron y me avisaron que entraba a cuarentena como sospechoso portador del coronavirus”, relata Liliana.
“De inmediato a mí también me pusieron en cuarentena porque obviamente había estado en contacto de mi hermano todo el tiempo, y nos aislaron en la misma habitación a los dos”, agrega. Y dice entre lágrimas: “Ni los hospitales ni el país estamos preparados para esto que estamos viviendo”.
Un antibiótico que el paciente requería a las 12 del día de ese sábado, según su hermana, solo le fue suministrado a las 8 de la noche, por falta de personal.
A Liliana, quien para el momento ya era sospechosa de portar el virus, se le permitió salir a la calle varias veces y solo fue puesta en urgencias el domingo al mediodía.
El domingo (15 de marzo) su estado de salud empeoró y solo tuvo el antibiótico a las 6 de la tarde. La última vez que hablamos fue el lunes en la madrugada, cuando me dijo que se sentía muy mal.
“El domingo (15 de marzo) su estado de salud empeoró y solo tuvo el antibiótico a las 6 de la tarde. La última vez que hablamos fue el lunes en la madrugada, cuando me dijo que se sentía muy mal”, recuerda.
Según la Clínica del Mar, la muerte de Arnold de Jesús Ricardo Iregui se produjo el lunes 16 de marzo, a las 6 de la mañana. Pero a su hermana se lo comunicaron al mediodía.
“Es una muerte inexplicable, no sé en qué momento nos pasó esta tragedia. Él estaba bien de salud… se lo llevó el coronavirus y el mal servicio de salud de este país”, señala la hermana de Arnold.
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