Tras dos semanas de espera, los más de 3.000 pasajeros y tripulación varados en un crucero en cuarentena en Japón por el coronavirus comenzaron a desembarcar este miércoles.
Por BBC
El Diamond Princess estaba retenido en el puerto de Yokohama desde el 3 de febrero, después de que se confirmara que una de las personas a bordo —que se bajó en Hong Kong— había dado positivo en una prueba para ver si tenía o no el virus.
Las autoridades japonesas confirmaron este 19 de febrero 79 nuevos casos en el barco, lo cual aumenta el total a 621.
Este barco, es el lugar con más casos de personas infectadas con el nuevo coronavirus fuera de China.
Aún así, no es el único crucero donde se ha registrado la enfermedad: también ha habido infecciones en el MS Westerdam que atracó recientemente en Camboya, y otros barcos —de los que hasta el 19 de febrero no hay casos confirmados— fueron puestos en cuarentena.
Por años, los cruceros han sido considerados como una suerte de «placas de Petri» flotantes (esos recipientes transparentes donde se cultivan bacterias y otros microorganismos en el laboratorio), donde se intercambian gérmenes y se transmiten enfermedades.
¿Es cierto que los virus se propagan más fácilmente en los cruceros?
En los barcos, hay un mayor riesgo de enfermedades respiratorias y gastrointestinales, señala Sanjaya Senanayake, especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad Nacional de Australia.
«En general, hay pasajeros y miembros de la tripulación de diferentes partes del mundo que se mezclan íntima e intensamente por un corto período de tiempo», dice Senanayake.
«Todos tienen diferentes niveles de inmunidad y eso genera un campo fértil para un brote de infección».
Con el coronavirus, que se cree que se propaga por las gotas de las secreciones respiratorias —como el moco o la saliva— la gente puede contagiarse sin estar en contacto directo con la persona infectada.
«Si alguien estornuda por ejemplo sobre una mesa, y alguien toca inmediatamente la mesa, eso puede dar lugar a una infección», afirma Senanayake.
«Puede que la gente no esté hablando entre sí todo el tiempo, pero están en espacios compartidos como piletas, spas, comedores y auditorios».
Sin embargo, Stewart Chiron, experto en cruceros, dice que «la realidad a bordo de un crucero es muy diferente a la percepción que tenemos de ellos».
«Por ejemplo, la gente cree que cuando estás haciendo fila en un bufet, hay mucha interacción y contacto entre los pasajeros», comenta Chiron, quien ha viajado en más de 250 cruceros.
El problema en los cruceros, explica Senanayake, son los espacios comunes.
«Para la mayoría de líneas de crucero eso no es cierto. Hay puestos: si quieres huevos, tienes que ir al puesto de huevos, y un miembro de la tripulación que utiliza guantes se encargará de servírtelos».
«El punto es que rara vez estás esperando en una fila, y no todos pasas por todos los puestos de comida, y eso entonces minimiza la interacción entre la gente».
¿Cuál es la situación de los miembros de la tripulación?
Si la interacción entre los pasajeros no es tan intensa como se cree, la de los miembros de la tripulación es otra historia.
En el barco Diamond Princess, por ejemplo, más de 1.000 miembros de la tripulación «viven y trabajan codo a codo», según explica un artículo del New York Times, y disponen de un baño cada aproximadamente cuatro personas.
«Es posible que los miembros de la tripulación estén en contacto cercano entre ellos», dice Senanayake.
Al llegar a un puerto, «la gente desembarca, pero, por lo general, la tripulación no cambia. Por eso si hay una propagación constante por parte de la tripulación, cuando llegan nuevos pasajeros, el contagio continúa».
¿Cómo se mitigan los riesgos en un crucero?
De acuerdo a Chiron, los cruceros ponen en práctica protocolos de limpieza y chequeos extremadamente estrictos.
«Los cruceros siempre hacen revisiones exhaustivas de los pasajeros. Si te ves enfermo, te harán a un segundo examen médico».
Probablemente, la enfermedad más asociada con los cruceros sea el norovirus, una enfermedad que provoca vómitos y que se contagia a través de comida o agua contaminada, o por tocar superficies contaminadas.
«Los cruceros tienen varios protocolos que se habilitan cuando se informa un caso de norovirus», dice Chiron.
«Se friega extensamente y todas las superficies se limpian continuamente. En los bufés no hay comida como canastas de pan. La tripulación está especialmente capacitada para esto», añade.
Y, tras el brote de coronavirus, dice, las cosas se han vuelto aún más estrictas.
«Ahora se fijan mucho más en la apariencia de los pasajeros. Si ves qué tan bien limpian y mantienen los barcos, verás que son extremadamente minuciosos».
Según Senanayake, existe un programa oficial de saneamiento de embarcaciones en el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos que asesora a los buques sobre cómo prevenir y controlar la propagación de enfermedades.
«Creo que los cruceros ahora tienen muchos puestos de desinfección y también aconsejan a los pacientes o miembros de la tripulación que están enfermos que no suban a bordo», dice.
«Viajar en un crucero tiene sus riesgos pero todo en la vida conlleva riesgos. (La gente solo tiene que) implementar medidas simples (de precaución)».
¿Afectará el covid- 19 a esta industria?
La industria de los cruceros definitivamente sufrirá un «impacto financiero», pero estos casos no van a impedir que la gente tome cruceros, dice Chiron.
El daño se hará sentir específicamente en los cruceros por China y el sudeste asiático. «Las líneas mismas están cancelando rutas», explica Chiron.
«Pero cuando miras al resto del mundo, Europa, Alaska, EE.UU., la gente sigue viajando».
«La gente está preocupada, pero sigue viajando. En otros lugares del mundo los barcos están llenos, y seguirán estando llenos».
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