El cruce de declaraciones entre Macron y AKK muestra, otra vez, que Francia y Alemania tienen diferentes prioridades. Pero ambos socios han llegado a la misma conclusión: Europa debe hacer más.
Ulrike Esther Franke | El Confidencial
Una vez más, somos testigos de un rifirrafe franco-alemán sobre la «autonomía europea». El presidente de Francia, Emmanuel Macron, y la ministra de Defensa de Alemania, Annegret Kramp-Karrenbauer (AKK), están a la ofensiva, apoyados por unos medios más que felices de alimentar la aparente confrontación. En el lapso de unos pocos días, AKK publicó un artículo de opinión en ‘Politico’ y dio un discurso, mientras que Macron dio una muy comentada entrevista de 10.000 palabras en ‘Le Grand Continent’ y publicada en español por El Confidencial. Sus comentarios eran amplios, pero se enfocaban en el tema de la capacidad de defensa europea y la dependencia de EEUU. Ninguno midió sus palabras.
En su columna, AKK llamó a la autonomía estratégica europea «una ilusión» —lo que se interpretó ampliamente como un ataque a Macron, el defensor más prominente de esta idea—. Macron afirmó en su entrevista que estaba «en profundo desacuerdo con la columna de opinión publicada por la ministra Alemana de Defensa» y que él consideraba una «malinterpretación histórica». Un día después, AKK apareció en un tono algo más conciliatorio cuando enfatizó en su discurso las áreas en las que ella y Macron están de acuerdo. Pero parece que se han marcado las líneas rojas.
Las discusiones y desacuerdos han sido siempre parte de la relación franco-alemana. No es nada para preocuparse entre aliados —e incluso puede ayudar a acompasar posiciones—. Lo que es extraño de la actual discusión, sin embargo, es que, a pesar de toda la tinta vertida sobre el tópico, el asunto a discutir en sí permanece extrañamente difuso. Si uno observa de cerca, parece claro que AKK está rechazando forzosamente algo que Macron ni siquiera ha propuesto. Ambos lados ven la misma necesidad de actuar. Entonces, ¿sobre qué estamos discutiendo exactamente?
AKK dice que debemos poner fin a la ilusa idea de una autonomía estratégica europea, puesto que Europa no puede reemplazar a América como garante de seguridad. En su opinión, la idea de autonomía europea va demasiado lejos «si alimenta la ilusión de que podríamos garantizar la seguridad, estabilidad y prosperidad en Europa sin la OTAN y Estados Unidos». El «si» en esta frase es fundamental.
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