Cuando algún diplomático, empresario, periodista y cualquier otro profesional extranjero llega a residir en Cuba y empieza a acoplarse a las condiciones propias de la vida cotidiana en la isla, pronto alguien le suelta una precaución contundente: “¡Ni se le ocurra tener un problema dental! Haga todo lo posible por evitar un dolor de muela”.
Por EL NACIONAL
Aunque como ciudadano del exterior, y si tiene el suficiente dinero para pagar, podrá acceder a los privilegios de clínicas estatales que son restringidas o prohibidas para los cubanos, la realidad del acceso a los fármacos e insumos médicos en Cuba es que la escasez predomina y también repercute en los centros de salud exclusivos para extranjeros y que son parte de un mecanismo de segregación o discriminación.
Por eso, los cubanos sí saben lo que es vivir el drama de un dolor de muela en Cuba. A solicitud de El Universal, el disidente y periodista opositor cubano Reinaldo Escobar, editor jefe del diario digital 14ymedio.com (que opera en la ilegalidad en la isla), compartió un relato sobre el calvario con una pieza dental.
“Tener un dolor de muela en Cuba es un gran problema. Cuando las personas acuden al gabinete (consultorio) dental, el dentista les dice que, si hubiera que hacer algún tipo de trabajo para reparar la muela, no hay el material para hacer el empaste”, relató.
Tras mencionar que “la solución” que el odontólogo lo que ofrece es “hacer algo que se llama una ‘curita’, con un material no definitivo”, narró que el doctor busca “eliminar primero la parte enferma, que lo hace con la máquina de taladrar”.
“Luego tapa eso, pero no es algo que sea permanente, porque dura poco. Si ya la muela no tiene cura o reparación, entonces viene el segundo problema porque hay que hacer una extracción”, señaló.
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