El vuelo comercial más largo del mundo, operado por la aerolínea australiana Qantas, aterrizó con éxito este domingo en el aeropuerto de Sídney (Australia) tras despegar del aeropuerto John F. Kennedy de Nueva York (EE.UU.). El trayecto sin escalas duró 19 horas y 16 minutos, afirmó la compañía en un comunicado.
El Boeing 787 Dreamliner, recién fabricado y con 50 personas a bordo, aterrizó sin contratiempos a las 07:42 hora local, según el portal Flight Aware.
El vuelo 7879 de Qantas formó parte del proyecto Sunrise, un experimento que busca realizar una investigación científica sobre el estado de salud de los ocupantes, minimizar el desfase horario e identificar los períodos óptimos de descanso y trabajo de la tripulación.
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Durante el trayecto un equipo de investigadores evaluó a la tripulación con electroencefalogramas que detectan las ondas cerebrales y monitorean el estado de alerta.
Mejorar la experiencia de vuelo
«Ninguna aerolínea ha realizado este tipo de investigación dedicada antes, y utilizaremos los resultados para ayudar a dar forma al diseño de la cabina, el servicio a bordo y los patrones de la lista de la tripulación para el proyecto Sunrise. También veremos cómo podemos usarlo para mejorar nuestros vuelos de larga distancia existentes», declaró el director de Qantas Group, Alan Joyce.
Esta hazaña es parte del esfuerzo de la aerolínea para lanzar los vuelos comerciales más largos del mundo, conectando sin escalas las ciudades australianas de Sídney y Melbourne con Nueva York y Londres. La aerolínea realizará dos vuelos adicionales de prueba, en noviembre y diciembre.