Este jueves han muerto dos pasajeros del crucero Diamond Princess, puesto en cuarentena a principios de mes en el puerto japonés de Yokohama con el fin de prevenir la propagación del nuevo coronavirus con el que, según datos de este miércoles, se han contagiado un total de 621 personas a bordo.
El barco, que transporta a 3.711 personas —2.666 pasajeros, la mitad de ellos japoneses, y 1.045 tripulantes—, se puso bajo un estricto escrutinio médico luego de que se descubriera que un hombre que desembarcó en Hong Kong el 25 de enero estaba infectado con el covid-19.
Sin embargo, con el aumento de los contagios crecieron las dudas de si se tomaron las medidas adecuadas a la hora de imponer un estricto aislamiento. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC) señalaron este martes que «si bien la cuarentena potencialmente confirió un importante beneficio para la salud pública al ralentizar la transmisión», estiman que «tal vez no haya sido suficiente para prevenir la transmisión entre los individuos a bordo».
«Los CDC creen que la tasa de nuevas infecciones a bordo, especialmente entre aquellos que no presentan síntomas, representa un riesgo continuo», afirmaron en un comunicado. El organismo aconsejó imponer restricciones de viaje a todos los pasajeros y tripulantes del crucero y prohibir el regreso de los estadounidenses a su país al menos hasta 14 días después de que abandonen el barco.
¿Hacía falta la cuarentena?
El director ejecutivo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Michael Ryan, no puso en duda la necesidad de imponer la cuarentena en el Diamond Princess, pero admitió que «ha habido más transmisión [del virus] de lo esperado«. Agregó que la decisión de aislar el crucero fue «mucho más preferible en el momento» que la otra opción, que consistía en «necesariamente tener a todos dispersados por el mundo».
«La situación a bordo del barco obviamente ha evolucionado y las autoridades de Japón obviamente tomaron desde el principio la decisión de poner en cuarentena a todos los pasajeros en aquel barco, lo que permitió mantener juntos a los pasajeros en un entorno donde pudieran ser observados y tener alojamiento separado y todo lo demás», declaró Ryan este martes.
Las autoridades japonesas también estiman que imponer la cuarentena a bordo era una medida apropiada y justificada. Shigeru Omi, jefe de la Organización Comunitaria de Atención de la Salud, quien anteriormente encabezó la oficina regional para el Pacífico Occidental de la OMS, defendió la estrategia y presentó en una conferencia de prensa el pasado lunes un análisis que sugiere que la mayoría de los pasajeros ya estaban infectados con el coronavirus antes del inicio del aislamiento del buque, aunque los datos en los que se basó incluían solo a los primeros 168 pasajeros y tripulantes que contrajeron el covid-19 y las personas con las que estos contactaron estrechamente.
¿Cuán adecuadas fueron las condiciones de la cuarentena?
El manejo de la situación a bordo del Diamond Princess en términos del control de la infección fue duramente criticado por el especialista en enfermedades contagiosas Kentaro Iwata, profesor del Hospital Universitario de Kobe, que visitó la nave y publicó dos videos al respecto en YouTube, uno en inglés y otro en japonés.
Kentaro Iwata sostuvo que «cualquiera podría tener el virus» y que las condiciones del crucero «eran completamente deficientes en términos de control de la infección«, con «burócratas a cargo de todo». En una entrevista para Science, no descartó la posibilidad de que se produjeran infecciones secundarias tras el inicio de la cuarentena.
Asimismo, el especialista expresó sus preocupaciones a dos funcionarios responsables de la cuarentena, pero en respuesta a sus quejas, lo retiraron del barco y desde que salió de allí, se sometió él mismo a un aislamiento voluntario. Por su parte, el ministro de Salud de Japón, Katsunobu Kato, afirmó el miércoles que se le pidió a Iwata que abandonara el navío porque no desempeñó las tareas encomendadas.
Entre tanto, el jefe del Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas nipón, Takaji Wakita, declaró en una rueda de prensa que a bordo trabajan especialistas y que todo el personal y los pasajeros disponen de las instrucciones necesarias, pero el barco no fue ideado como una zona de cuarentena y por ende es imposible lograr que los espacios sean totalmente limpios, según recoge sus palabras NBC News.
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