El hambre provocada por las alteraciones de la pandemia puede cobrar diariamente la vida de más personas que las que causa el propio coronavirus, advirtió el Comité de Oxford de Ayuda contra el Hambre (Oxfam, por sus siglas en inglés).
Para fines de año, podrían producirse hasta 12.000 muertes relacionadas con el hambre cada día como resultado de las consecuencias sociales y económicas de la pandemia, señaló el grupo de defensa en un comunicado publicado el jueves. Esa cifra superaría el punto más alto de la tasa de mortalidad por COVID-19, de poco más de 10.000 decesos diarios en abril, indicó el grupo de beneficencia, citando datos de la Universidad Johns Hopkins.
El enorme nivel de desempleo, interrupciones en el suministro de alimentos y una disminución de la ayuda contribuyen al hambre durante la pandemia, dijo Oxfam.
El número de personas que carecen de acceso adecuado a la nutrición aumentó en todo el mundo en casi 70% en los últimos cuatro años debido al cambio climático, los conflictos y las crisis socioeconómicas, y podría aumentar otro 82% a 270 millones para fin de año, señaló el mes pasado el Programa Mundial de Alimentos (PMA) en otro informe.
“Los gobiernos deben contener la propagación de esta enfermedad mortal, pero es igualmente vital que tomen medidas para evitar que la pandemia cobre la vida de igual cantidad de personas, si no más, por hambre”, dijo Chema Vera, director ejecutivo interino de Oxfam.
Oxfam mencionó a países como Yemen, Afganistán, Venezuela y Etiopía como puntos críticos de hambre extrema. Es probable que mujeres y hogares encabezados por mujeres sean los más afectados por la crisis, dijo.
Cifras que preocupan
Hasta 1.000 millones de personas podrían verse en situación de inseguridad alimentaria, una cifra nunca vista, debido al impacto que la pandemia de COVID-19 podría provocar en países cuyos sistemas ya están debilitados por los conflictos, la crisis climática y la pobreza, según ha alertado Acción contra el Hambre (ACH).
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) estima que el impacto de la pandemia puede empujar a la inseguridad alimentaria grave a otros 135 millones de personas. Esta cifra se añadiría a los 821 millones de personas que ya se encontraban en esta situación, sin tener garantizado su sustento, en 2019, de acuerdo con la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
”La situación está empeorando en muchas partes del mundo, donde nuestros equipos están interviniendo. Tememos alcanzar en un futuro próximo la cifra sin precedentes de 1.000 millones de personas que padecen hambre”, ha reconocido el director general de ACH, Olivier Longué.
La ONG ha advertido de que las restricciones de movimientos y los cierres de fronteras y mercados adoptados para prevenir la propagación del virus han tenido un fuerte impacto en los medios de vida de muchas personas, ya de por sí frágiles, lo que ha disminuido el poder adquisitivo de las familias.
Además, se ha producido una reducción general del acceso a los servicios básicos y el comercio, lo cual ha afectado al suministro y la disponibilidad de alimentos, y ha generado la inestabilidad de los precios, que han registrado subidas considerables en muchos países.
ACH ha llamado en particular la atención sobre la “preocupante” situación en África occidental y central, donde 19 millones de personas están en riesgo de padecer inseguridad alimentaria entre junio y agosto de 2020 debido a la crisis actual, los conflictos y los problemas estructurales que padece la región. Según algunas estimaciones, estas cifras podrían alcanzar los 50 millones por el impacto de la COVID-19.
Con información de Bloomberg y Europa Press
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