La población de osos polares del oeste de la bahía de Hudson de Canadá, la ‘capital mundial’ de esta especie, ubicada en el extremo sur del Ártico, continúa descendiendo a un ritmo preocupante, según un nuevo estudio del Gobierno canadiense, informa CTV News.
Tras inspeccionar por aire el oeste de la bahía de Hudson en 2021, los investigadores estimaron que la población de estos plantígrados era de 618, mientras que en 2016 había 842. Es decir, su población ha caído un 27% en solo cinco años y aproximadamente en un 50% respecto a la década de 1980.
«La disminución real es mucho mayor de lo que hubiera esperado», admite Andrew Derocher, profesor de biología de la Universidad de Alberta que ha estudiado a los osos polares de la bahía de Hudson durante casi cuatro décadas, citado por los medios locales.
Los osos polares dependen del hielo marino para cazar, acomodándose cerca de agujeros en el hielo grueso para detectar a las focas, su alimento favorito, cuando emergen para tomar aire. Pero como el Ártico ahora se está calentando varias veces más rápido que el resto del mundo debido al cambio climático, el hielo marino se resquebraja a principios de año y tarda más en congelarse en otoño, recoge Reuters.
Esta circunstancia ha dejado a muchos osos polares que viven en el Ártico con menos hielo para vivir, cazar y reproducirse.
«Lo que ha impulsado la disminución es el número reducido de osos jóvenes y de hembras adultas«, sostiene el biólogo Stephen Atkinson, que dirigió la investigación. Mientras, el número machos adultos se ha mantenido «más o menos igual».
El problema radica en que los osos jóvenes necesitan energía para crecer y no pueden sobrevivir largos períodos sin suficiente comida. De esta forma, la capacidad de reproducción de los osos polares en el oeste de la bahía de Hudson disminuirá, según Atkinson, ya que habrá «menos osos jóvenes que sobrevivan y se conviertan en adultos».
Derocher, por su parte, estima que los datos obtenidos por los investigadores reflejan «problemas sobre la viabilidad» de la especie, ya que los individuos inmaduros son «el motor reproductivo de la población«.
Paralelamente, el Gobierno advierte que el calentamiento global puede reducir la cantidad de la hábitat disponible para los osos, que, por otra parte, son muy susceptibles a la acumulación de altos niveles de diversos contaminantes ambientales.
Hasta la fecha, se estima que la población de osos polares canadienses se sitúa entre 14.000 y 16.000 ejemplares. Las primeras restricciones de captura se impusieron en la década de 1960 y, desde entonces, el oso polar ha sido una especie en riesgo a escala nacional e internacional, lo que ha creado una presión adicional para su conservación. Canadá invierte aproximadamente 1,7 millones de dólares al año en el monitoreo de esta especie.
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