La deforestación de la Amazonía brasileña superó los 10.000 km2 por primera vez desde 2008 entre agosto de 2018 y julio de 2019, un alza de 43% respecto a los doce meses precedentes, según datos oficiales actualizados este jueves 28 de noviembre.
El incremento proporcional fue mayor en las en las áreas indígenas, donde ardieron 423,3 km2, un 74,5% más.
La destrucción de la mayor selva tropical del mundo en esos doce meses totalizó 10.100 km2, frente a 7.033 km2 entre agosto-2017 y julio-2018 (+43%), precisó el sistema de vigilancia de deforestación Prodes, del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (Inpe).
El dato revisa una primera evaluación del 18 de noviembre, de un área deforestada de 9.762 km2 en ese periodo, que incluye los siete primeros meses de gestión del presidente de ultraderecha Jair Bolsonaro, partidario de la apertura de la selva tropical a las actividades agropecuarias y mineras.
El área devastada es la mayor desde 2008, cuando alcanzó 12.287 km2, y es la primera vez desde entonces que supera los 10.000 km2.
El informe indica asimismo que la deforestación en áreas indígenas amazónicas entre agosto de 2018 y julio de 2019 alcanzó los 423,3 km2, frente a 242,5 km2 en los doce meses anteriores (+74,5%). Ese número marca un récord desde el inicio de ese registro, en 2008.
Responsables del Inpe dijeron a la AFP que la destrucción de la selva en esas áreas incluye tanto actividades legales como ilegales, aunque ese desglose no entraba en el campo de las observaciones satelitales.
Las áreas indígenas deforestadas entre agosto de 2018 y julio de 2019 representan 4,19% del total de la deforestación; en el periodo anterior eran 2,48%.
El 44,10% de la deforestación total y el 75% de la ocurrida en las áreas indígenas en el periodo de referencia se produjo en el estado de Pará (norte).
Bolsonaro afirmó la semana pasada, al ser interrogado por el avance de la deforestación y la multiplicación de incendios en la región amazónica, que se trataba de un fenómeno vinculado a prácticas tradicionales en ciertas épocas del año.
«Usted no va acabar con la deforestación ni con los incendios, es [algo] cultural», afirmó.
Los incendios en la región amazónica están directamente relacionados con la acción humana y «las llamas acostumbran a seguir el rastro de la destrucción de la selva» para abrir paso a las actividades agropecuarias, indicó un informe reciente del Instituto de Investigación Ambiental de la Amazonía (Ipam). Por eso, «cuanto más se deforesta, mayor el número de focos de calor», agregó.
AFP
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