De las casi millón y medio de personas que prometieron en Facebook sumarse a una “invasión” este viernes a la base de la Fuerza Aérea de EE.UU. conocida como Área 51 para conocer y liberar a los extraterrestres que, suponen, están allí cautivos, apenas unos cientos acudieron a la cita.
Entre los asistentes se encontraba la única persona arrestada en la jornada de ayer, una mujer que intentó ingresar a la base militar en Nevada y quien, de acuerdo con la Oficina del Alguacil local, enfrentará cargos menores.
Con carteles como “Salvemos a ET del Gobierno”, los entusiastas de las teorías extraterrestres posaron para las fotos del recuerdo, y durante unos minutos se congregaron en la entrada de la base militar.
Portaban avisos, banderas, ropa alusiva a los extraterrestres y alguna que otra arenga. Sin embargo, no se reportaron ni las grandes masas de gente, ni la programada “invasión”.
Un solo agente militar y su perro especializado fueron suficientes, apostados en la entrada a la base, para evitar que alguno de los asistentes quisiera ingresar al lugar.
Según teorías y creencias populares, en la famosa guarnición del Gobierno de los Estados Unidos, localizada en el condado Lincoln, en el sur del estado de Nevada y a unos 130 kilómetros de Las Vegas, se guardan toda suerte de secretos militares que incluyen una nave y cuerpos extraterrestres.
Lo que comenzó en junio pasado como evento en Facebook, creado por un estudiante de 20 años de California bajo el nombre de “Asalto al Área 51, no pueden detenernos a todos”, se convirtió en un encuentro musical promocionado como “Alienstock”, en clara alusión al mítico Festival de Woodstock.
Esta cita ha convocado a grupos como el californiano y potente trío Wily Savage, además de prometer un fin de semana completo de música, historias de OVNIS y extraterrestres, y películas.
Más de 1,3 millones de personas confirmaron su asistencia y otra cifra similar se declaró “interesada” en asistir al denominado “asalto”, pero la rápida advertencia de las autoridades dio un nuevo significado al evento.
Tras recibir la inesperada visita del FBI en su casa, Matty Roberts, organizador original del evento, decidió cambiar el rumbo de su convocatoria.
De un “asalto” pasó a ser un festival musical que ha atraído una avalancha de medios de comunicación y de visitantes a dos localidades cercanas a la base militar, Rachel y Hiko.
Tanto las autoridades locales como federales han advertido que los visitantes pueden acercarse hasta la entrada de la base militar, pero deben respetar el límite de acceso.
“Cualquier intento de acceder ilegalmente a las instalaciones militares o áreas de entrenamiento militar es peligroso”, dijo Laura McAndrews, portavoz de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, anticipando la respuesta de las autoridades frente al eventual “asalto” al Área 51.
La base misma no está clasificada como un área secreta, pero todas las investigaciones y operaciones allí están consideradas como de secreto máximo, y la Agencia Central de Inteligencia (CIA) reconoció públicamente la existencia de esa instalación por primera vez en 2013.
Aunque muchos confirmaron asistencia en la red social, no todos se lanzaron a la aventura de llegar hasta el remoto paraje donde se encuentra localizada el Área 51, una zona sin internet, con baja señal telefónica y sin infraestructura hotelera, un predio nada comercial.
Otras personas, al mejor estilo de Las Vegas, prefirieron unirse a la convocatoria a través de las apuestas por internet.
El sitio casino.org abrió diferentes líneas de apuestas en torno al evento. Una de ellas es dedicada al número de personas que serán detenidas en su intento por ingresar a la base militar.
Otra pregunta qué posibilidades reales hay de que los visitantes asalten el Área 51. Asimismo, una apuesta pregunta si el presidente de EE.UU., Donald Trump, le dirá al mundo que se mantenga alejado de la base de la Fuerza Aérea.
Pero eso no es todo. Camisetas, banderas, gorras, medias y hasta latas de cerveza conmemorativas se están vendiendo en internet como pan caliente con motivo del supuesto asalto.
La gerencia del Little A’Le’Inn, el único hostal de la zona, ha dicho que no están preparados para recibir grandes hordas de gente.
Las autoridades locales han hecho un especial esfuerzo en pedir a los posibles interesados que tengan en cuenta que los recursos turísticos son mínimos, y que cualquier intento de agresión, violación a la ley o interrupción de la tranquilidad será perseguido y castigado.
EFE
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