Un equipo internacional de investigación liderado por expertos de la Universidad de California en Berkeley (EE.UU.) ha encontrado cientos de enormes virus con habilidades únicas nunca vistas antes, un hallazgo que diluye la diferencia entre los microbios vivos y los agentes virales que no son considerados una forma de vida.
Los autores del trabajo descubrieron esta nueva clase de inmensos bacteriófagos —es decir, virus que infectan de manera exclusiva a las bacterias— tras analizar muestras de saliva humana, heces de animales y distintas fuentes de agua.
Su tamaño casi cuadriplica la cantidad de genomas típicamente presentes en los bacteriófagos conocidos, mientras que algunos alcanzan hasta 15 veces el tamaño habitual, poseyendo unas 735.000 bases de ADN.
Vida o no vida
Además de su gran tamaño, estos virus también son relativamente más avanzados, ya que poseen un mecanismo celular que lee y ejecuta instrucciones del ADN para construir proteínas, un proceso conocido en la genética como ‘traducción’. Esta particular habilidad replantea la idea actual tanto de los virus como la propia definición científica de vida.
«Típicamente, lo que separa la vida de lo que no es vida es tener ribosomas y la habilidad para realizar la traducción. Esa es una de las principales características definitorias que separa a los virus y a las bacterias, la vida y la no vida», explicó Rohan Sachdeva, investigador de la Universidad de Berkeley y coautor del estudio.
«Algunos de los grandes bacteriófagos poseen este mecanismo en gran medida, por lo cual difuminan un poco la línea«, añadió.
Destructores de bacterias
Estos bacteriófagos son capaces de inyectar a sus bacterias que eligen como blanco, controlar su mecanismo de construcción de genes y reproducirse en masa creando copias de sí mismos. Asimismo, utilizan ese mecanismo para alejar a bacteriófagos que buscan apoderarse de la misma bacteria.
«Los bacteriófagos también son conocidos por transferir genes responsables de las toxinas bacterianas y la resistencia antibiótica entre bacterias, los cual contribuye a las enfermedades», señaló Basem Al Shayeb, otro de los autores del trabajo.
¿Pueden afectar el cuerpo humano?
«Y dado que tenemos bacterias tanto dañinas como útiles viviendo sobre nosotros y dentro de nosotros, es de gran importancia comprender qué tipos de bacteriófagos coexisten con ellas en los humanos y animales y cómo afectan aquellos ambientes», agregó.
Así, las implicancias de este descubrimiento tienen un largo alcance tanto en el estudio científico de los virus como para nuestra propia salud. Y es que una mejor comprensión de cómo funcionan estos bacteriófagos podría ayudar a controlar mejor los microbiomas dentro del cuerpo humano y revolucionar así los correspondientes campos de la medicina y los tratamientos de enfermedades hasta ahora incurables.
El estudio fue publicado en la revista Nature el 12 de febrero.
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