El Gobierno de Estados Unidos afirma que un soldado detenido en Caracas el 30 de agosto, al que la dictadura de Nicolás Maduro acusa de ser jefe de un supuesto plan de la CIA para derrocarla, ha sido secuestrado durante una visita personal y que no fue autorizada por sus superiores en la Armada. Entre los detenidos hay también otros dos estadounidenses -Estrella David y Aaron Barren Logan-, dos españoles -José María Basua y Andrés Martínez Adasme- y un último ciudadano de República Checa. La dictadura afirma que se les incautaron unos 400 fusiles de fabricación estadounidense.
Según reveló Diosdado Cabello, actual ministro de Interior de la dictadura, el jefe de los detenidos es Wilbert Joseph Castañeda Gómez, tiene nacionalidad estadounidense y, se cree, mexicana, es padre de cuatro hijos y desde 2009 está en el cuerpo de élite de los Navy SEALs de la Armada norteamericana. Castañeda está en servicio activo y tiene experiencia, según la dictadura, en explosivos, combate de proximidad y paracaidismo, entre otros. Fue destinado a Afganistán en 2010 y a Irak en 2014. En 2020 estuvo en Colombia como parte de una operación de cooperación con las Fuerzas Armadas de este país.
En principio, para la dictadura, la detención de este soldado norteamericano, que no es la primera de este tipo en suelo venezolano, es demostración de que la CIA, agencia de Inteligencia norteamericana, estaba pilotando un plan para derrocar a Maduro de forma violenta.
«Categóricamente falsa»
En una llamada con periodistas el sábado por la noche, el Departamento de Estado de EE.UU. confirmó la detención de un soldado y señaló que estaba al tanto de «informes no confirmados sobre la detención de otros dos ciudadanos estadounidenses adicionales en Venezuela». «Cualquier afirmación sobre la participación de EE.UU. en un complot para derrocar a Maduro es categóricamente falsa. EE.UU. continúa apoyando una solución democrática a la crisis política en Venezuela».
En mayo de 2020, la dictadura detuvo a dos norteamericanos, los ex Boinas Verdes Airan Berry y Luke Denman, acusados de formar parte de un plan para derrocar a Maduro coordinado por un venezolano exiliado, Clíver Alcalá, y un estadounidense, Jordan Goudreau. El régimen acusó entonces a la CIA de estar tras aquel fallido plan, algo que EE.UU. negó.
Cuando Joe Biden decidió indultar y extraditar a Alex Saab, el testaferro de Maduro que estaba siendo juzgado en EE.UU., la dictadura entregó a los dos Boinas Verdes en un canje de prisioneros sin precedentes, que fue duramente criticado por los republicanos, quienes alertaron de que Maduro volvería a secuestrar a ciudadanos americanos para canjearlos según sus intereses.
Antes de que Cabello compareciera para anunciar la detención, la Casa Blanca ya reveló que sabía que un soldado estadounidense había sido detenido
Antes de que Cabello compareciera para anunciar la detención, la Casa Blanca ya reveló que sabía que un soldado estadounidense había sido detenido y advirtió que éste no tenía permiso para abandonar el país y visitar un país como Venezuela, al que el Departamento de Estado recomienda no viajar por el riesgo de secuestro.
EE.UU. cree que los detenidos se hallan en el Helicoide, el edificio en el que el servicio de inteligencia del SEBIN comete sus torturas y mantiene sus detenciones arbitrarias. La Armada y el Departamento de Estado están en contacto indirecto con la dictadura, pues ambos países no tienen relaciones diplomáticas.
«Lógicamente estamos en contacto, como es de esperar, con las autoridades de Venezuela para tratar de obtener más datos e información sobre este asunto», dijo el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, en la conferencia de prensa de la Casa Blanca del miércoles.
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