Robert O’Brien, asesor de Seguridad Nacional del presidente estadounidense, Donald Trump, inició este lunes una visita oficial a Brasil en la ciudad de Sao Paulo con la firma de una serie de acuerdos que incluyen inversiones millonarias en el país suramericano.
EFE
Esta es la segunda visita en apenas un mes de un alto funcionario de la Administración Trump a Brasil en plena campaña electoral en Estados Unidos, tras una escala del secretario de Estado, Mike Pompeo, en una región fronteriza con Venezuela.
La agenda de O’Brien tuvo, al menos en Sao Paulo, un acento marcadamente económico. El asesor de Trump se reunió con ejecutivos de empresas de ambos países en la sede de la Federación de Industrias del Estado de Sao Paulo (FIESP), la patronal más influyente de Brasil.
O’Brien afirmó a los periodistas que la alianza entre Brasil y Estados Unidos es “muy importante” por ser dos países “democráticos”, de “tamaños semejantes”, y manifestó el deseo de la Administración Trump de estrechar aún más los lazos con el Gobierno de Jair Bolsonaro.
En su opinión, el potencial de colaboración económica y política entre ambos países es “realmente ilimitado”. Estados Unidos es el segundo mayor socio comercial de Brasil, superado solo por China.
“El pueblo brasileño ama al pueblo estadounidense y el pueblo estadounidense ama al pueblo brasileño, y creo que la relación entre Trump y Bolsonaro es un ejemplo de ello”, afirmó.
También valoró positivamente los tratados de inversión para un “futuro acuerdo comercial” entre las dos potencias, algo que deberá hacerse “paso a paso”.
Desde que asumió la Presidencia de Brasil el 1 de enero de 2019, Bolsonaro, líder de la extrema derecha brasileña y declarado admirador de Trump, ha centrado sus esfuerzos diplomáticos en estrechar su relación con Estados Unidos.
No obstante, ello no se traducido en un aumento del comercio entre ambos países este año, pues entre enero y septiembre la corriente bilateral llegó apenas a los 33,400 millones de dólares, un 25.1 % menos respecto a los mismos meses de 2019 y el menor nivel de los últimos once años para ese periodo.
Las “cartas de intención” firmadas este lunes incluyen la financiación, a través de la Corporación Financiera de Desarrollo Internacional (DFC, por sus siglas en inglés) de EE.UU., de dos nuevos proyectos en Brasil.
El primero incluye una inversión de 259 millones de dólares en la firma Smart Rio para modernizar y expandir la iluminación pública, e instalar cámaras de seguridad y puntos de acceso a Internet en Río de Janeiro.
El segundo se trata de un “préstamo directo” de 300 millones de dólares para “apoyar la expansión de la cartera de crédito” del banco de inversión brasileño BTG Pactual, según un comunicado de la DFC.
Esas dos líneas de financiación se unen a otras dos anunciadas anteriormente este mes. El de mayor monto es un préstamo de 400 millones de dólares al Itaú, el mayor banco privado de Brasil, para facilitar el crédito a pequeñas y medianas empresas afectadas por la pandemia del virus del PCCh (Partido Comunista Chino), también conocido como nuevo coronavirus, que deja ya 153,905 muertes y 5.2 millones de infectados en el país suramericano.
Asimismo, el banco de desarrollo estadounidense ya se comprometió a invertir 25 millones de dólares para que la minera irlandesa TechMet aumente la capacidad de producción en una mina de cobalto y níquel en Piauí.
El estado de Piauí no está encuadrado entre los nueve brasileños dentro de la Amazonía, pero es una de las regiones del país con más bosques naturales preservados.
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