Estados Unidos aprobó el jueves la venta de 36 aviones de combate F-15 a Indonesia por 14.000 millones de dólares, informó el Departamento de Estado, en un momento en que Yakarta anunciaba un pedido de 42 Rafale a Francia.
AFP
Esta venta, si se confirma, «mejorará la seguridad de un importante socio regional que es una fuerza de estabilidad política y de progreso económico en la región» Asia-Pacífico, precisó la diplomacia estadounidense, sin mencionar a China, cuyo auge Washington trata de contrarrestar.
Indonesia, que quiere modernizar su ejército ante la creciente influencia de China, mostró su deseo de adquirir 36 F-15 de Boeing, con sus equipos de navegación, radares y misiles, según el comunicado del Departamento de Estado.
«Es vital para los intereses nacionales de Estados Unidos ayudar a Indonesia a desarrollar y mantener una capacidad sólida de autodefensa», agregó Washington.
Yakarta anunció el año pasado su intención de modernizar sus fuerzas, por un monto inicial de 125.000 millones de dólares, y expresó su interés a la vez por los Rafale franceses y por los F-15 estadounidenses.
El jueves, el ministro de Defensa indonesio, Prabowo Subianto, anunció un acuerdo para la compra de 42 aviones Rafale.
Las fuerzas aéreas de Indonesia, que cuentan con equipos envejecidos, esencialmente F-16 estadounidenses y Sukhoï rusos Su-27 y Su-30, están negociando con múltiples socios para renovar sus aviones de combate.
Esto ya que un contrato firmado en 2018 entre Indonesia y Rusia para la compra de 11 aviones de caza Sukhoï Su-35 nunca se materializó, debido a la ley estadounidense Caatsa, que prevé sanciones automáticas para el país que concluya una «transacción significativa» con el sector armamentístico ruso.
Yakarta participa además en un proyecto de investigación y desarrollo con Corea del Sur para el avión de combate KF-21.
Indonesia se opone a las reivindicaciones territoriales de Pekín en mar de China Meridional, en particular alrededor de las islas Natuna, en donde Yakarta protesta regularmente contra las incursiones de barcos de pesca china en sus aguas territoriales.
China reivindica la casi totalidad del mar de China Meridional, a lo que se oponen países vecinos como Malasia, Vietnam, Filipinas, Taiwán o Indonesia.
