John Beames, el asesino de una menor que fue sentenciado a muerte, falleció con síntomas de COVID-19 en la Prisión Estatal de San Quintín, en California, reporta el Departamento de Correcciones y Rehabilitación de ese estado.
Beames, de 67 años, fue declarado muerto en un hospital fuera de la prisión este martes y, aparentemente, la causa del deceso está relacionada con complicaciones por el virus. La causa precisa de la muerte será determinada por forenses.
El fallecimiento de Beames es el octavo entre los condenados a pena de muerte, mientras que el centro penitenciario ya suma 15 decesos como resultado del contagio por coronavirus y registró más de 120 nuevas infecciones en las últimas dos semanas, con un total de más de 2.000 casos, según datos oficiales.
El hombre fue sentenciado a la pena capital en 1995, tras ser declarado responsable de la tortura y asesinato de la hija de su novia, una bebé de 15 meses, que falleció por un golpe en el abdomen que casi partió su hígado, recoge San Francisco Chronicle.
Para frenar la propagación del coronavirus en los centros penitenciarios de California, el organismo liberó a unos 8.000 presos a los que les quedaba menos de un año de condena por cumplir, y que no cometieron delitos graves.
Con información de RT
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