El positivo de coronavirus de un estrecho colaborador del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, y la nueva jornada convulsa en la Bolsa de São Paulo, la mayor en Latinoamérica, han agitado la política y la economía de Brasil, a pesar de que los casos confirmados de COVID-19 aún están por debajo de la centena.
Antonio Torres del Cerro / EFE
Este patógeno puede condicionar severamente el funcionamiento del Gobierno brasileño si se confirman más infecciones en el entorno del mandatario. Su jefe de prensa, Fabio Wajngarten, ha sido el primero en acusar positivo, según fue divulgado este jueves.
El alto funcionario acaba de regresar de una visita oficial a Estados Unidos en el que acompañó a Bolsonaro, quien además viajó con varios de sus ministros, diputados y otros cargos públicos.
Wajngarten, de 43 años, también tuvo contacto estrecho con las autoridades estadounidense, entre ellos el presidente Donald Trump.
«Cenamos juntos en Florida, en Mar-a-Lago con toda la delegación, pero no hicimos nada muy fuera de lo común, nos sentamos juntos durante un tiempo y conversamos. Veremos qué ocurre», dijo este jueves Trump, al comienzo de su encuentro con el primer ministro de Irlanda, Leo Varadkar.
Bolsonaro, de 64 años, está desde este jueves bajo estricta vigilancia médica desde la capital Brasilia, después de que se conociera el positivo de su estrecho colaborador. El mandatario se someterá a pruebas en las próximas horas para conocer si está infectado por el COVID-19.
MEDIDAS DE CONTINGENCIA
A pesar de que la pandemia no ha golpeado de momento a Brasil (aún no llega a los 100 casos en un país de 210 millones de habitantes), el Gobierno se apresuró este miércoles en reducir sus previsiones de crecimiento para este año del 2,4 al 2,1 %, en parte debido al impacto del patógeno y la crisis de los precios del crudo en la economía mundial.
Algunos estados de Brasil han adelantado medidas de contingencia, como el Distrito Federal de Brasilia, donde las escuelas y los acontecimientos públicos se han suspendido durante cinco días.
En el estado de São Paulo, el más poblado del país y donde hasta este miércoles había 46 infectados, no existe ninguna recomendación por parte del Gobierno regional para cancelar eventos públicos, aseveró este jueves el gobernador João Doria.
«Es precipitado paralizar un estado con 46 millones de habitantes. Eso tiene consecuencia en la vida de las personas, esa medida tiene que ser tomada con fundamento y en la hora correcta. Al precipitar generamos en cadena cuya recuperación es casi imposible», adujo.
Sin embargo, en este mismo estado, la universidad pública de Campinas (Unicamp), una de las más prestigiosas de Brasil, anunció este jueves la suspensión de sus actividades a partir de mañana como medida para contener el coronavirus.
Mientras, el Gobierno de Brasil abrió 5.000 nuevas plazas para médicos a fin de reforzar la asistencia sanitaria en el país suramericano.
EL DÓLAR DISPARADO
Brasil, que cuenta con el mayor PIB de Latinoamérica, se ha venido resintiendo tanto por el pánico mundial a la pandemia como por la caída del precio del crudo, una de las principales commodities del país.
La brasileña Petrobras, una de las mayores petroleras del mundo, decidió este jueves reducir el precio del diésel en un 6,5 % y de la gasolina en un 9,5 % en las refinerías a partir de este viernes, en medio de la guerra mundial de precios por el oro negro.
Arrinconado entre el coronavirus y el petróleo, el parqué de Sao Paulo ha sufrido una fuga de capitales considerable. En lo que va de año, ya supera la de todo 2019, cuando se registró una salida récord de 44.500 millones de reales (9.va479 millones de dólares en el cambio actual).
De hecho, la mayor plaza financiera de Latinoamérica interrumpió esta semana su cotización en cuatro ocasiones por el descalabro de las acciones. Las dos últimas interrupciones se han producido este jueves, cuando el indicador ha cerrado con un derrumbe del 14,8 %, la caída más pronunciada en dos décadas.
El dólar también ha batido récords de apreciación respecto a la moneda brasileña. El dólar se cotizó a 4,78 reales al cierre del mercado, un nuevo hito.
Asimismo, el Tesoro Nacional de Brasil y el Banco Central anunciaron medidas para evitar contagios entre los diferentes mercados financieros.
El Tesoro brasileño realizará subastas para la compra y venta de deuda pública este mismo jueves 12, el 13, 16, 17 y 18 de marzo con la meta de apaciguar la tormenta.
El objetivo, según la institución, es brindar «ayuda al mercado de títulos públicos, garantizando el buen funcionamiento de ese y de otros mercados relacionados».
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