Keiko Fujimori perderá categóricamente las elecciones en Perú según todas las encuestas, que subrayan hasta ahora el fracaso de una campaña centrada en agitar fantasmas del comunismo y envían el fuerte mensaje de que su propia figura es un obstáculo para que pueda obtener la Presidencia.
A mes y medio para la segunda vuelta electoral que enfrentará a Fujimori con el candidato de extrema izquierda Pedro Castillo, un inesperado contrincante cuyas propuestas también polarizan al país, la hija del expresidente Alberto Fujimori (1990-2000), condenado a 25 años de prisión por delitos de lesa humanidad y corrupción, marcha por detrás de su rival con una intención de voto entre un 11 % y un 20 % menor.
La intención de voto fujimorista, de hecho, está más cerca de quienes piensan votar en blanco o anular su voto que de su rival.
Su «antivoto» – quienes dicen que jamás votarían por ella- ronda el 55 % de la población, 20 puntos por encima de su contrincante, y entre sus votantes, la fidelización del sufragio es más endeble que la que exhiben los seguidores del maestro rural que compite contra ella por la jefatura de Estado.
Todo pese al abrumador respaldo mediático que recibe entre la prensa peruana, muy crítica con las propuestas radicales y de cambio del partido Perú Libre por el que postula Castillo, quién sin embargo sí parece haber encontrado eco entre los sectores más empobrecidos y ampliamente mayoritarios de la sociedad peruana.
CAMPAÑA LARGA
Los analistas y politólogos coinciden en que la campaña electoral para la segunda vuelta del 6 de junio aún es larga y que los peruanos tienden a decidir su voto en el último minuto, lo que da margen a Fujimori.
También ayudará a la candidata, que ya perdió la segunda vuelta presidencial en 2011 y en 2016, el hecho de que Castillo estará bajo el foco de atención y tendrá que concretar más sus propuestas, con el subsiguiente desgaste.
Pero para que gane Keiko, los analistas también coinciden en que deberá dar un cambio sustancial a su campaña y a sus propuestas.
«El mensaje anticomunista en estas semanas no le funciona a Keiko probablemente porque apela a un público que ya está convencido, menor, de clases medias y altas limeñas, y con eso no convence a esa gran mayoría que no la ve como opción», dijo a Efe el sociólogo Sandro Venturo.
Eso, unido al «terruqueo» – las acusaciones de vínculos terroristas que la derecha peruana emplea sistemáticamente para referirse a cualquier postura de izquierda – ha demostrado tener un margen muy corto o incluso ser perjudicial y no atiende el problema de fondo de su candidatura: y es que Keiko no ofrece confianza al electorado.
ANTIVOTO
«Castillo es un candidato nuevo, que genera mucho interés. Keiko es candidata por tercera vez, y lleva ya muchas campañas donde se le ha ido sacando todo lo bueno y lo malo. Tiene una imagen pública más consolidada, más anticuerpos y arrastra un pasivo», dijo a Efe Urpi Torrado, gerente de Datum Internacional, una de las mayores empresas encuestadoras de Perú.
Venturo expresó este problema de otro modo: «Para que un mensaje tenga éxito necesita dos condiciones: que el mensajero tenga credibilidad y que el mensaje responda expectativas. Ella es un mensajero sin credibilidad y en segundo lugar, no responde a las inquietudes de la gran mayoría de peruanos. Si mantiene eso, no va a crecer e incluso se puede achicar».
Los peruanos, sumidos en una profunda crisis sanitaria, económica y política están pidiendo un cambio, pero Keiko se presenta como garante a ultranza del modelo neoliberal instaurado por su padre y con eso está «cerrando la puerta para decir que tiene experiencia, que podría reformar o mejorar cosas y que con esos materiales podría atender las demandas de la gente», dijo Venturo.
Así, Keiko tendría una oportunidad si la gente lograra percibir que reconoce lo mal que manejó su mayoría parlamentaria y su confrontación con los presidenetes Pedro Pablo Kuczynski (2016-2018) y Martín Vizcarra (2018-2020) que desataron la profunda crisis política que vive el país.
«Si reconociera que la gran mayoría de gente la rechaza, avanzaría bastante. Y si pudiera robarle banderas a Castillo y presentarse como una gran reformista que tiene experiencia y técnicos, tendría más opciones. Pero conociendo al fujimorismo, esas condiciones son remotas», indicó el sociólogo.
Torrado coincidió con el análisis al apuntar que particularmente los jóvenes están esperando «que pida disculpas por lo hecho en estos años» y que «asuma compromisos» .
«Si no pasa eso, no logrará lo que necesita», afirmó la analista.
CASTILLO EN EL FOCO
Por el contrario, Castillo si parece haber conectado con las esperanzas de la gente y está mostrando «la película que la gente quiere ver», si bien ahora tendrá una dificultad cuando le toque presentar sus equipos técnicos y si tiene organización para poder asumir el gobierno, razonó Venturo.
Torrado recordó que Castillo también tiene un «antivoto» importante y que en Perú otros candidatos ya ganaron con un rechazo muy amplio entre la población, por lo que Keiko «no tiene todo cerrado y sí tiene camino por recorrer», más ahora que su rival tendrá que exponerse más.
En ese sentido, Castillo debería mantener un perfil que tranquilice a amplios sectores, esforzarse en neutralizar el «terruqueo» y mantenerse «cerca de la gente», pues eso es algo que le ha funcionado «bien».
«También será importante ver qué equipos de gobierno tendrán ambos. La gente no quiere improvisación. Esos tendrán que generar confianza», concluyó. EFE
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