Despojado de sus títulos reales y militares, el príncipe Andres, de 61 años, enfrenta un acuerdo multimillonario a raíz de una demanda civil presentada por Virginia Roberts Giuffre, de 38 años, quien lo acusó de abuso sexual.
El hijo de la reina Isabel II ha negado las acusaciones pero deberá defenderse en los EEUU, o llegar a un acuerdo extrajudicial, después de que el tribunal rechazara desestimar el caso.
El 12 de enero, el juez de Nueva York Lewis A. Kaplan dio luz verde al caso, a pesar de los esfuerzos del equipo legal de Andrés para que se desestimara la demanda debido a un antiguo acuerdo legal que Virginia Roberts Giuffre había alcanzado con Jeffrey Epstein, el financista que, según la demandante, organizó encuentros sexuales con el príncipe.
Kaplan argumentó que el acuerdo de 500.000 dólares entre Epstein y Giuffre no involucraba al príncipe y no impedía una demanda en su contra.
“El príncipe Andrés debería ir a la cárcel”, declaró Giuffre a fines de 2019. Alega que el pedófilo convicto Jeffrey Epstein (quien se suicidó en prisión en agosto de 2019) y su socia Ghislaine Maxwell -quien fue declarada culpable de cinco cargos- la traficaron sexualmente.
Giuffre demandó a Andrés en agosto del año pasado alegando que Epstein y Maxwell la obligaron a tener encuentros sexuales con el príncipe-noveno en la línea de sucesión al trono- en 2001. Afirmó que el duque abusó sexualmente de ella en la casa de Maxwell en Londres, en la mansión de Epstein en Nueva York y en su propiedad en las Islas Vírgenes.
Andrés se retiró de la vida pública como miembro de la realeza en 2019 luego de una desastrosa entrevista que concedió a la cadena BBC. Desde entonces ha sido fotografiado ocasionalmente conduciendo su Range Rover o montando a caballo por la finca privada de la reina, pero no apareció en las fotografías oficiales de la boda de su hija Beatrice en 2020.
Durante meses el príncipe, en compañía de su ex esposa Sarah Ferguson, de quien se divorció hace más de un cuarto de siglo, se ha estado escondiendo en Royal Lodge, su residencia ubicada en los terrenos de Windsor Great Park, en Berkshire, Inglaterra.
Las cosas han ido de mal en peor para el duque de York. Isabel II retiró oficialmente a su hijo de sus títulos militares y organizaciones benéficas un día después de la resolución judicial. También fue despojado de su tratamiento de Alteza Real, al igual que el príncipe Harry cuando renunció a su cargo oficial en la familia real. “El duque de York continuará sin asumir ninguna función pública”, anunció Buckingham.
Tras perder sus honores militares y sus patrocinios reales, varios políticos de la histórica ciudad de York han pedido también que renuncie a su ducado y que se le retire el título. Entre esas voces críticas se alzó la de la diputada laborista Rachael Maskell, quien en un mensaje en Twitter consideró “insostenible” que el príncipe siga siendo duque de York.
El duque de York tendrá que desembolsar millones de dólares para llegar a un acuerdo o correr el riesgo de tener que pagar todo en un potencialmente largo y juicio escandaloso. “Andrés está en una situación sin salida”, dijo una fuente a la revista Star. “O llega a un acuerdo y le paga a Virginia, o va a la corte donde sus abogados lo destrozarán”.
De acuerdo a la publicación, los asistentes reales están aconsejando al duque que haga una oferta de USD 25 millones. “Están dispuestos a llegar tan alto para sacar a Andrés de este lío”, dijo la fuente, “antes de que destruya por completo la reputación de la monarquía”.
El príncipe ya está en una situación financieramente muy complicada. Se dice que su madre desembolsó el dinero que necesitaba para pagar una deuda de USD 9 millones por su chalet en Suiza, que vendió rápidamente en un intento desesperado por devolverle el dinero a la monarca. Luego están sus facturas legales astronómicas. “La reina está pagando todo”.
Y con la pérdida de sus títulos oficiales, la matriarca de familia real británica de 95 años se distanció de su hijo predilecto. En su impactante anuncio a principios de mes, no solo lo despojó de sus honores militares y patrocinios, sino que también le quitó la protección real. “El duque de York está defendiendo este caso como un ciudadano privado”.