En Nevada, uno de los siete estados clave en estas reñidas elecciones presidenciales, la economía ocupa un lugar central para el 37% de los votantes, según una encuesta de Emerson College. En Las Vegas, los temas que predominaban en las conversaciones de los electores este martes eran la inflación, el costo de la gasolina, los alimentos y el aumento del alquiler, factores decisivos que afectaron directamente sus votos.
“Varias personas tienen que vivir en una misma casa, familias enteras, porque no pueden pagar su propia casa (…) Eso es importante”, señaló Lee Lovett, quien trabaja en una tienda de equipos de video y acudió a las urnas con los precios de la vivienda como principal preocupación. Sin revelar su elección de voto, Lovett explicó que “desde el covid el costo de vida está fuera de control”.
Las Vegas volvió a la vida con fuerza tras la paralización total que trajo la pandemia, pero las dificultades económicas aún persisten y afectan la rutina de sus residentes. “Las cosas no son como eran”, aseguran los habitantes. A pesar de la reactivación con masivos espectáculos y eventos deportivos de renombre, el incremento del costo de vida continúa siendo un motivo de reclamo constante en la ciudad.
Michael Pidding, un veterano retirado de 79 años, se mudó a Las Vegas hace siete años atraído por la oportunidad de adquirir una amplia casa gracias a los bajos costos inmobiliarios de ese entonces. Ahora, Pidding declara su apoyo a Trump porque, según él, durante su administración “todo era barato”.
“Los precios de la gasolina eran bajos, la comida… todo. La economía estaba creciendo”, recordó el veterano.
Por otra lado, para Amy Rivera, una estudiante de 18 años quien vive con sus padres por motivos económicos, la opción lógica en estas elecciones es Harris: “Ella promete incentivos para las personas que van a comprar una casa por primera vez, algo que mi hermano y yo queremos hacer algún día, así como ayudar a los estudiantes con sus pagos universitarios”, comentó Amy que fue a votar por primera vez en el estadio Allegiant, envuelta en una bandera estadounidense.
Las Vegas se ha convertido en un escenario clave en esta intensa batalla electoral, dado que Nevada es uno de los siete estados bisagras que podrían definir el resultado de estas elecciones. Una cuarta parte de los votantes de Nevada fueron a las urnas durante las primeras dos semanas del voto anticipado; las cifras oficiales mostraron que el 45,5% de estos votantes eran del partido Republicano, mientras que el 27,7% pertenecían al Demócrata.
A pesar de que los demócratas han ganado en Nevada en las últimas cuatro elecciones, lo hicieron con márgenes estrechos. En 2016, Trump perdió en el estado por apenas un 2,42% de los votos, pero aún así consiguió la Presidencia. Cuatro años más tarde, cuando Biden lo derrotó, el partido Demócrata logró mantener su dominio en Nevada, aunque por solo 33.500 votos de diferencia.
Las encuestas apuntan a un final extremadamente reñido, con un empate técnico después de una campaña feroz, marcada por frecuentes visitas de Harris y Trump.
Para atraer a los votantes de Las Vegas, una ciudad de tendencia demócrata, Trump prometió al inicio de su campaña exenciones fiscales para las propinas, una medida de gran interés para los trabajadores del sector del ocio y la hotelería, que representan una cuarta parte de la fuerza laboral local. La propuesta ganó tanta popularidad que Harris también la adoptó.
Sin embargo, no todos se sintieron persuadidos por esta promesa. Gina Sanders, empleada de un casino y votante de Harris, expresó dudas sobre el verdadero impacto de esta medida. “Lo más importante es que cada candidato cumpla sus promesas”, afirmó con cautela.
(Con información de AFP)