El artista cubano encarcelado Luis Manuel Otero Alcántara, cuyas acciones artísticas y huelgas de hambre han inspirado un movimiento de artistas a favor de la democracia en la isla, lleva una semana en huelga de hambre, pero familiares y amigos no saben cuál es su estado de salud.
Por NORA GÁMEZ TORRES– EL NUEVO HERAL
Otero Alcántara, quien se encuentra actualmente en una prisión de máxima seguridad en Guanajay, al oeste de La Habana, fue detenido cuando intentaba sumarse a las manifestaciones que sacudieron la isla el 11 de julio. Enfrenta cargos de agresión, desacato a las autoridades y resistencia a la policía. Su pareja, la curadora de arte Claudia Genlui, informó sobre su decisión de hacer una huelga de hambre en una publicación de Facebook la semana pasada. Pero familiares y amigos no han sabido nada sobre su estado.
“No se sabe nada”, dijo Genlui en una entrevista telefónica desde La Habana el lunes. “Fui a la oficina del sistema de prisiones para que me dieran respuesta sobre su estado de salud y no he recibido respuesta”.
Según Genlui, Otero Alcántara inició la huelga de hambre el 27 de septiembre. Ellos hablaron por última vez el 21 de septiembre, y él le advirtió que si no tenía noticias suyas para el 27, era porque había iniciado la huelga. Un recluso de Guanajay confirmó la información, dijo Genlui.
“Luis Manuel me dijo que lo estaba haciendo por su libertad y la de los demás presos políticos”, dijo.
Otero Alcántara se ha convertido en una figura destacada en el panorama artístico y político de Cuba como un crítico del gobierno cubano y líder del Movimiento San Isidro, lo que le valió estar incluido entre las personas más influyentes del 2020 según la revista Time.
La respuesta violenta del gobierno cubano a una huelga de hambre liderada por él y otros miembros del movimiento de San Isidro, pidiendo la liberación del rapero Denis Solis, provocó una rara manifestación pública de unos cientos de jóvenes artistas y activistas en noviembre del año pasado. Posteriormente se organizaron en el llamado movimiento 27N, que también aboga por la libertad de expresión en la isla.
Otero Alcántara realizó otra huelga de hambre en abril de este año para protestar por la confiscación de sus obras de arte por parte de las autoridades cubanas.
Después de que Genlui anunció que estaba en huelga de hambre, otros dos activistas comenzaron un ayuno voluntario. La historiadora del arte Carolina Barrero, miembro del movimiento 27N a quien agentes de la seguridad del Estado han confinado en su casa durante casi seis meses, anunció en Facebook que inició un ayuno voluntario el sábado pasado “en protesta por los cientos de presos que el régimen mantiene en prisión por ejercer su derecho al libre pensamiento y a la libre manifestación.”
“El gobierno cubano sigue jugando al ajedrez con las vidas de los jóvenes, los destierra, los encarcela, los rompe física y emocionalmente. Vamos a ver cuántas vidas más están dispuestos a asumir sobre sus espaldas”, dijo la poeta y activista Afrika Reina, quien también inició un ayuno voluntario el jueves pasado.
Activistas cubanos liderados por Cubalex, una organización que brinda asesoría legal a los disidentes en la isla, han verificado al menos 1,096 arrestos en relación con las manifestaciones de julio; 549 personas siguen detenidas.
Varios enfrentan la perspectiva de muchos años en la cárcel, como Roberto Pérez Fonseca, quien fue juzgado la semana pasada y los fiscales pidieron una sentencia de 12 años por ser parte de un grupo que destruyó una supuesta imagen de Fidel Castro. Los fiscales del gobierno también pidieron una sentencia de ocho años para Yoan de la Cruz, quien transmitió en vivo la protesta inicial en San Antonio, dijeron familiares al medio de noticias independiente 14ymedio.
Félix Navarro, de 68 años, ex preso político detenido el 11 de julio cuando intentaba buscar información sobre otros disidentes arrestados en Matanzas, hizo huelga de hambre durante varios días pero la depuso el 21 de septiembre, informó Cubadecide en Twitter.
Como muchos otros manifestantes en prisión, incluido Navarro, Otero Alcántara contrajo el coronavirus. “Estaba saliendo del virus cuando hablamos por última vez”, dijo Genlui. La pandemia también está afectando a los detenidos y a sus familias de otras formas. “Debido al COVID es muy difícil ir a la cárcel de Guanajay porque se necesita permiso del gobierno para trasladarse de La Habana a otra provincia”, agregó.
A pesar de las huelgas de hambre y la condena internacional, el gobierno cubano parece decidido a juzgar a los manifestantes. La represión desatada se ha convertido en otro punto de discordia con la administración Biden, que estaba llevando a cabo una revisión de la política exterior de Estados Unidos hacia Cuba cuando los eventos del 11 de julio llevaron a la administración a detener cualquier medida que pudiera considerarse como una ayuda al régimen comunista. En cambio, la administración sancionó a varias agencias gubernamentales y funcionarios involucrados en la represión.
“Es una pena que el presidente Biden no pudiera implementar su propia política hacia Cuba; es un error terrible”, dijo el ministro de relaciones exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, en una entrevista reciente con Andrea Mitchell de MSNBC. Rodríguez insistió en que las manifestaciones del 11 de julio, pacíficas en su mayoría según indican videos y testimonios, fueron violentas pero no negó que cientos de personas fueron detenidas.
“Cuba es un estado de derecho y tenemos que respetar nuestras leyes”, dijo.
El martes, la embajada de Estados Unidos en La Habana tuiteó en español: “El régimen de Cuba debe liberar @LMOAlcantara quien está enfermo y siendo castigado por sus carceleros por su actual huelga de hambre. Detenido injustamente junto a cientos de manifestantes pacíficos el 11 de julio, pedimos su liberación inmediata y preguntamos #PresosPorQué”.
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