La mayor nevada registrada en el Estado sureño provoca cortes de luz durante más de tres días y las autoridades instan a la mitad de la población a hervir el agua tras romperse centenares de tuberías.
En Texas, cuando se habla de frío, el termómetro marca 10 grados. Cuando se habla de mucho frío, puede bajar a dos. La insólita tormenta invernal que ha azotado al Estado sureño esta semana provocó que varias ciudades rompieran su récord de temperatura mínima y en Houston —la ciudad más poblada del Estado y la cuarta del país— la sensación térmica alcanzó los -20 grados.
A la desesperada, la gente encendió parrillas de las barbacoas o se metió dentro de los coches en los garajes para intentar calentarse, lo que causó alguna de la treintena de muertes relacionadas con la ola de frío. En la tierra del principal productor de gas natural, petróleo y energía eólica de Estados Unidos, más de cuatro millones de residentes padecieron cortes de luz durante 72 horas y todavía hay decenas de miles que permanecen a oscuras. El colapso de la red eléctrica ha agitado un debate sobre el estado de las infraestructuras y entre ecologistas y escépticos del cambio climático sobre las energías renovables.
Este sábado las calles ya no están inundadas de nieve y las temperaturas han subido, pero la tragedia continúa muy presente en los hogares. La mitad de los 29 millones de habitantes del Estado tiene orden de hervir el agua (para beberla, cocinar o lavarse los dientes) por la posible contaminación derivada de la rotura de tuberías. Más de 700 sistemas de suministros de agua se habían visto afectados. La crítica situación obligó a los hospitales a tomar medidas extremas: un centro médico de Houston colocó cubos en la azotea para acumular las gotas de lluvia; en uno de Austin (la capital de Texas), parte del personal tuvo que cubrirse las manos con bolsas de basura para extraer las heces de los inodoros. Ante la falta de acciones preventivas y la evidente precariedad de los servicios y las infraestructuras, la comunidad tejana, todavía incrédula por lo que está sufriendo en medio de una pandemia, exige una explicación a las autoridades que, hasta ahora, no han sido capaces de ofrecer.
La peor nevada que se ha registrado en la historia de Texas, con temperaturas bajo cero al inicio de la semana a lo largo y ancho de su territorio (ligeramente mayor que el de Francia), impulsó una demanda energética sin precedentes. Mientras millones de hogares encendían la calefacción, los generadores, que no estaban preparados para esos niveles de demanda, colapsaron. Al mismo tiempo, el frío extremo provocó la congelación de parte de los equipos necesarios para que funcione la red eléctrica en el Estado. Esta combinación provocó que los cortes de 45 minutos que se habían anunciado para mantener la estabilidad en la red eléctrica, se extendieran en algunos hogares durante más de tres días. Este sábado, al menos 80.000 viviendas y negocios continuaban a oscuras.
Para leer la nota completa, pulsa aquí
Si quieres recibir en tu celular esta y otras informaciones descarga Telegram, ingresa al link https://t.me/albertorodnews y dale click a +Unirme.