El escritor peruano Santiago Roncagliolo afirma en una entrevista con Efe que lo peor que puede pasar en Perú con la llegada al poder del izquierdista Pedro Castillo es que las dos partes en que está divido el país sigan sin hacer nada por entenderse.
Ana Mengotti / EFE
«Yo no creo que vayamos a tener ni una dictadura comunista ni una dictadura fujimorista, lo que tendremos es a las dos partes matándose entre ellas y paralizando el Estado», afirma Roncagliolo.
En una entrevista telefónica con motivo de la publicación en Estados Unidos de su última novela, «Y líbranos del mal», el ganador del Premio Alfaguara 2006 por «Abril rojo» dice que en este día en el que Castillo asumió la Presidencia de Perú siente una «terrible incertidumbre».
Castillo no ha dado señales claras de «qué va a hacer con el Perú» y al mismo tiempo el hecho de que no tenga fuerza en el Congreso hace dudar de que su Presidencia pueda durar y eso eventualmente podría llevar a Keiko Fujimori al poder, dice a Efe.
RECUERDOS DE 1990
Autor de «La cuarta espada», una investigación periodística sobre la organización terrorista Sendero Luminoso y su líder, Abimael Guzmán, Roncagliolo cree que Perú se encuentra en una situación similar a la de 1990, cuando, en medio de una grave crisis, Alberto Fujimori se impuso en las elecciones presidenciales al reconocido escritor Mario Vargas Llosa.
Lo que cambia -dice- es que Fujimori era entonces el «salto al vacío», el candidato antisistema, mientras que ahora su hija Keiko, derrotada por Castillo en segunda vuelta por una mínima diferencia, defiende el orden político y económico «con todos sus defectos».
Ahora el «salto al vacío» es Castillo, dice Roncagliolo, quien teme que el nuevo presidente no actúe en beneficio de todos los peruanos por no desmembrar su partido, Perú Libre, y está seguro de que no cumplirá con la petición de EE.UU. de que Perú siga siendo su aliado frente a Cuba y Venezuela
Una de las pocas cosas que ha dicho antes de asumir la Presidencia es que apoya al Gobierno cubano ante las protestas sociales que estallaron en Cuba, recordó.
El escritor considera maravilloso «el símbolo de que un maestro rural, campesino, de Chota pueda ser presidente, incluso en contra de todo el poder», pero advierte de que lo importante realmente es si será un buen presidente y gobernará para todos los peruanos.
Recuerda que Castillo solo cuenta con un 18 % de apoyo y que Lima y la costa votaron en su contra.
«Perú es un país, divido y polarizado cuyas dos mitades no se hablan, entienden y conocen» y en los últimos cinco años «la guerra entre políticos» despreocupados de los problemas de la gente ha hecho que el país tenga cuatro presidentes, de los cuales uno estuvo solo una semana en el cargo, agrega.
Lo que ocurre en Perú no es privativo de ese país, dice Roncagliolo, quien cree que el ejemplo de Chile, donde hubo un estallido y las cosas se han canalizado mediante el diálogo, es «interesante» para todas las naciones polarizadas.
REGRESO A LA TRIBU
«En España, en Estados Unidos, en todas partes, hay polarización de gente que quiere refugiarse en su tribu y acabar con todas las demás», cuando lo que se necesita es que «todas las tribus se pongan de acuerdo» para avanzar y solucionar los problemas, agrega.
El escritor quisiera ver surgir un talante «dialogante» en Perú, pero «tiene pinta» de que la polarización va a seguir dominando la escena política y que las mitades van a seguir tratando de destruirse mutuamente más que buscar pactos o alianzas.
Según dice, desde hace tiempo hay gente pensando en dejar Perú y a su juicio la razón no es tanto el miedo a que Castillo gobierne como un «marxista irredento» o pueda llegar la derecha más radical, sino la sensación de que es un «país inviable», paralizado por divisiones internas que hacen de «pandemia, vacunación o economía» temas irrelevantes para los políticos.
La pandemia de la covid-19 y el confinamiento acabaron con el «optimismo» que generó el crecimiento de la clase media y el empuje de la empresa privada y con el pensar que «vivimos mejor que nuestros padres y nuestros hijos mejor que nosotros».
«Creo que llegó el fin del sueño liberal, lo digo con pena porque soy uno de los beneficiarios», apunta Roncagliolo.
«Nadie pensó en discutir el modelo en 30 años, no había líderes que pudiesen representar un cambio», se lamenta.
LA PANDEMIA ACERCAN RONGALIOLO AL CINE Y LA TV
Para el escritor, la pandemia le ha traído «un nuevo canal para contar historias».
Ha trabajado en guiones para proyectos cinematográficos y televisivos en Perú y México y ha aprendido y disfrutado «mucho» del trabajo en equipo con guionistas, directores y actores.
«No tengo ninguna prisa», dice cuando se le pregunta por la obra literaria que seguirá a «Y líbranos del mal».
La novela trata sobre un joven de origen peruano nacido en EE.UU. que viaja por primera vez a Perú y descubre el secreto por el que su padre nunca regresó: formó parte de una red de pederastia que actuaba en una organización ligada a centros de enseñanza católicos.
Según dice Roncagliolo a Efe, con esta novela ha tenido más problemas en otros países que en Perú.
En México una cadena de librerías se negó a venderla por su temática, pero rectificó a raíz de que sus seguidores en redes sociales lo denunciaran y el caso escalara a la prensa, primero nacional y luego internacional.
«Hay muchos, muchos vetos» todavía, dice Roncagliolo, quien recuerda que en América Latina las clases más poderosas son «de manera natural católicas» y tienen más recursos para defender a su Iglesia.
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