A tres años del comienzo de la pandemia, y unos meses más desde la detección de las primeras neumonías de origen desconocido en la ciudad de Wuhan, China, investigadores de ese país publicaron los resultados del primer análisis revisado por pares de hisopos recolectados en el polémico mercado.
Es que el centro comercial se marcó desde el comienzo de la pandemia como el lugar donde el SARS-CoV-2 habría hecho un “salto de especie” y pasado de animales infectados al ser humano, dando origen así a la mayor crisis sanitaria del mundo moderno.
Ahora, investigadores del Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC de China) publicaron un análisis muy esperado de hisopos recolectados en un mercado húmedo en Wuhan, en las primeras semanas de la pandemia de COVID-19. Además, hicieron públicos datos subyacentes, que la comunidad internacional de investigación pedía desde el comienzo del brote.
El análisis, publicado en la revista Nature, confirmó que los hisopos del mercado mayorista de mariscos de Huanan, contenían material genético de animales salvajes y dieron positivo por SARS-CoV- 2.
Esto sugiere que es posible que un animal haya sido un huésped intermedio de un virus que se propagó para infectar a los humanos, aunque los investigadores dicen que los últimos hallazgos aún no brindan una prueba definitiva de que el SARS-CoV-2 se originó a partir de un evento de contagio de animal a humano.
Y según hizo saber la revista científica, “los autores del estudio, encabezados por el exdirector de los CDC de China, George Gao, no respondieron a las solicitudes de comentarios del equipo de noticias de Nature, que es editorialmente independiente del equipo de la revista Nature”.
Así, los científicos chinos confirmaron la detección de virus vivos en la parte del mercado donde se vendían muchas especies animales. Pero el informe dijo que los datos no prueban que ninguno de esos animales estuviera infectado. Algunos animales, incluidos gatos callejeros y ratas, fueron examinados en el mercado y ninguno mostró signos de infección. Sin embargo, no se probaron perros mapaches, según la publicación.
“El origen del virus no se puede determinar a partir de todos los análisis disponibles hasta el momento”, concluyó el informe, según el que “todavía no se puede descartar la posibilidad de una posible introducción del virus en el mercado a través de humanos infectados o productos de la cadena de frío”.
Los críticos de la teoría del contagio natural señalan que los investigadores del mercado no encontraron ningún animal infectado con el virus que pudiera haber sido la fuente del brote.
Para el trabajo, el equipo, incluido el exjefe de los CDC chinos, analizó muestras tomadas del sitio después de que se detectó el brote por primera vez. Esto incluyó 923 muestras de dentro y alrededor del mercado y 457 de animales, incluidos animales callejeros, sus heces y carne guardada en refrigeradores y congeladores.
En el artículo publicado en Nature detallaron que 73 de las muestras tomadas del mercado (7,9%) dieron positivo a SARS-CoV-2.
Si bien la mayoría se concentraron en el oeste del mercado, el virus se detectó en puestos que vendían una variedad de productos, desde vida silvestre hasta vegetales.
Los investigadores dijeron que esto sugiere que el virus “pudo haber estado circulando en el mercado” durante “un tiempo” en diciembre de 2019, lo que llevó a una “distribución extensa”, que pudo haber sido facilitada por las multitudes.
Según los investigadores, “sigue siendo posible que el mercado actúe como un amplificador de transmisión debido al alto número de visitantes cada día” si se tiene en cuenta, además, que el mercado está a menos de un kilómetro de la estación de tren de Hankou, descrita por los científicos como un “principal centro de viajes”.
“Estas muestras ambientales no pueden probar que los animales estaban infectados -destacaron-. Además, incluso si los animales estuvieran infectados, nuestro estudio no descarta la transmisión de humano a animal”.
Finalmente, el virólogo evolutivo Jesse Bloom consideró que aunque los hisopos, que se recolectaron en enero de 2020, brindan información útil sobre qué animales había en el mercado, se necesitan incluso muestras anteriores para encontrar los orígenes de la pandemia. “Si alguna vez descubrimos los orígenes exactos del SARS-CoV-2, sospecho que provendrá de nueva información sobre casos o eventos a principios de diciembre o noviembre de 2019, o antes”, señaló Bloom, quien trabaja en el Fred Hutchinson Cancer Research, en Seattle, Washington.
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