El líder de los rebeldes sirios, el islamista Abu Mohamed al Jolani, aseguró que Siria avanza hacia la estabilidad tras el derrocamiento del régimen de Bashar al Assad, a pesar de las preocupaciones occidentales sobre un posible vacío de poder y el riesgo de nuevos conflictos en el país.
En declaraciones a la cadena Sky News, Al Jolani aseguró que “no habrá un retorno al pánico” tras la caída de Al Assad, que gobernó durante décadas con mano dura, y que “los temores” de los gobiernos occidentes por el futuro de la nación son innecesarios. “El país será reconstruido. El miedo provenía de la presencia del régimen. Ahora, Siria avanza hacia el desarrollo, la reconstrucción y la estabilidad”, sostuvo.
Al Jolani subrayó que los años de conflicto han dejado a la población agotada, lo que, según él, reduce las probabilidades de que el país entre en una nueva guerra. “El origen de nuestros temores eran las milicias iraníes, Hezbollah y el régimen, que cometieron las masacres que vimos. Su eliminación es la solución para Siria. La situación actual no permitirá un retorno al pánico”, agregó.
Por otro lado, el jefe del gobierno transitorio sirio, nombrado este martes, también prometió “estabilidad y calma” en el país, después de la fulgurante ofensiva rebelde que provocó la fuga de Al Assad a Rusia.
“Ahora es el momento de que este pueblo disfrute de estabilidad y calma”, afirmó Al Bashir durante una entrevista con la cadena de televisión qatarí Al Jazeera. El nuevo primer ministro dirigía hasta ahora el gobierno del bastión rebelde de Idlib, en el noroeste de Siria. La ofensiva que derrocó al presidente sirio salió el 27 de noviembre de esta provincia.
El lunes, Abu Mohamed al Jolani, el líder islamista que dirigió la ofensiva, se reunió con el ex primer ministro Mohamed al Jalali para “coordinar el traspaso de poder”. También prometió llevar ante la justicia a “los criminales, asesinos, oficiales de seguridad y del ejército involucrados en la tortura del pueblo sirio”.
En tanto, el viceministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Ryabkov, confirmó este martes que Bashar al Assad, quien tomó el poder tras la muerte de su padre Hafez en 2000, se encuentra en Rusia con su familia.
Moscú interviene militarmente en Siria desde 2015 y es, al igual que Irán, un estrecho aliado de Al Assad, quien reprimió las masivas manifestaciones prodemocracia de 2011, lo que desencadenó una cruenta guerra civil que dejó más de 500.000 muertos y millones de desplazados.
No habrá “otra” guerra
La caída de Al Assad abre un periodo de incertidumbre en el país, gobernado por la misma familia desde hace medio siglo. Siria quedó dividida en múltiples zonas de influencia desde que empezó el conflicto de 2011, con fuerzas beligerantes apoyadas por distintas potencias extranjeras.
En el diálogo con Sky News, Al Jolani aseguró que no iba a haber otro conflicto armado en Siria. “La gente está agotada por la guerra. Así que el país no está preparado para otra guerra y no acabará en otra”, dijo.
La jefa de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Kaja Kallas, declaró: “Debemos evitar que se repitan los escenarios horribles ocurridos en Irak, Libia y Afganistán”.
Washington, a su vez, pidió al próximo gobierno sirio impedir que el país sea “usado como base para el terrorismo”, según dijo el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken.
Aunque ya no posee ningún territorio en Siria, el grupo terrorista Estado Islámico (ISIS) sigue activo en el país. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), con sede en Reino Unido pero con una extensa red de fuentes en el terreno, indicó que el ISIS ejecutó a 54 soldados sirios en la zona desértica del país, mientras huían de la ofensiva rebelde.
(Con información de AFP)
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