El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) manifestó nuevamente su preocupación ante el aumento de ataques cercanos a la central nuclear de Zaporizhzhia, en un momento en el que las tropas ucranianas se preparan para forzar la segunda línea de defensa rusa en la región, tras superar la primera.
Por Infobae
La agencia de supervisión de las Naciones Unidas advirtió de una posible amenaza de seguridad nuclear luego de que sus expertos en el sitio -aún bajo control de las tropas de Rusia- escucharan numerosas explosiones y constataran un incremento de la actividad militar allí.
“Sigo profundamente preocupado por los posibles peligros que enfrenta la central en este momento de gran tensión militar en la región”, declaró el director general del OIEA, Rafael Grossi y comentó que el aumento de los ataques en la región llevó también a que se reduzca el personal de la central al mínimo.
“Pase lo que pase en una zona de conflicto, sea donde sea, todo el mundo saldría perdiendo en un accidente nuclear. Insto a que se tomen todas las precauciones necesarias para evitar que esto ocurra”, concluyó Grossi.
El OIEA expresó su preocupación en torno a esta central en reiteradas oportunidades desde que cayó en manos de Moscú ya que los combates podrían causar una fuga de radiación. Asimismo, los expertos explicaron que a pesar de que sus seis reactores llevan meses parados, aún es necesario el suministro de energía y la presencia de personal que verifique y permita el correcto funcionamiento de los sistemas de refrigeración y otros elementos de seguridad cruciales.
Mientras la situación al interior de la central -una de las diez más grandes del mundo- se mantiene en alerta, las fuerzas ucranianas continúan presionando para poder avanzar sobre nuevas posiciones rusas en Zaporizhzhia. Recientemente, y a pesar de los refuerzos ordenados por el Kremlin, las tropas de Zelensky celebraron la toma de la localidad de Robotyne.
“Es muy probable que Rusia haya reubicado tropas de otras zonas de la línea del frente para reemplazar las degradadas unidades en torno a Robotyne”, explicó al respecto el Ministerio de Defensa de Gran Bretaña y agregó que es posible que estas maniobras “estén limitando la capacidad de Rusia para llevar a cabo operaciones ofensivas propias” en otros puntos del extenso frente.
Asimismo, el Instituto para el Estudio de la Guerra, con sede en Washington, señaló que los rusos se vieron obligados a llevar a cabo importantes cambios en su estructura de control para “proteger la infraestructura de mando y mejorar el intercambio de información”.
De todas formas, Moscú intenta resistir y repeler los avances de la contraofensiva con ataques en todo el país.
Esta semana, una ofensiva sobre Kostiantynivka, una ciudad de casi 70.000 habitantes en la región de Donetsk, dejó al menos 17 muertos -entre ellos, un niño. Las autoridades locales informaron que un mercado fue alcanzado con proyectiles rusos a plena luz del día y generó importantes daños y dejó a otras 32 personas heridas.
Zelensky condenó esta masacre, la cual calificó de “atroz” y dijo que se trata de “otro acto de terrorismo ruso”. “Siempre que hay algún paso ofensivo positivo de las fuerzas ucranianas, los rusos atacan a civiles y a infraestructuras civiles”, agregó.
Estados Unidos también condenó este hecho y sostuvo que “subrayan la importancia de seguir apoyando al pueblo de Ucrania en la defensa de su territorio”. En tanto, la coordinadora humanitaria de la ONU para el país, Denise Brown, recordó que, por su naturaleza, se trata de un crimen de guerra.
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