Los viajes del papa Francisco, en sus ocho años de pontificado, se han diferenciado de los de sus antecesores porque no han tenido como destino los grandes centros católicos del mundo -Europa, Sudamérica y regiones de África-, sino que ha viajado allí donde los cristianos son minoría.
Por BBC
Tailandia, Emiratos Árabes Unidos, Japón, Corea del Sur.
Ahora es el turno de Irak, en cuya región de Ur se cree que nació Abraham, considerado el padre de las tres principales religiones monoteístas del mundo, y es el hogar actual de una minoría cristiana que está al borde de la extinción debido, entre otras razones, a la persecución de grupos radicales como el autodenominado Estado Islámico.
El viaje pastoral, que comenzó este viernes, será el primero después de 15 meses debido a la pandemia.
El papa fue recibido en el aeropuerto de Bagdad por el primer ministro, Mustafa al Kazemi, a quien estrechó la mano, y por dos niños con trajes tradicionales que le ofrecieron flores.
La visita, que durará 3 días, ha sido calificada no solo de alto riesgo por cuestiones de seguridad (se estima que al menos 10.000 personas estarán encargadas de la seguridad del sumo pontífice), sino también por cuestiones sanitarias: desde enero, los casos de covid-19 se han triplicado en el país.
El propio papa emérito Benedicto XVI señaló los riesgos del viaje: «Creo que es un viaje muy importante… Lamentablemente ocurre en un momento muy difícil, lo que también lo convierte en un viaje peligroso por razones de seguridad y por covid. Y luego está la situación inestable en Irak. Acompañaré a Francisco con mis oraciones», le dijo al diario italiano Il Corriere della Sera.
A esta incertidumbre se suma el ataque con diez cohetes ocurrido este miércoles contra bases militares iraquíes que alojaban tropas estadounidenses.
El portavoz del Vaticano, Mateo Bruni, señaló que la intención del viaje, más allá del riesgo, es mostrar la cercanía del papa con aquellas comunidades cristianas amenazadas.
«Es un viaje particular, también para la seguridad, claro. Pero es un gesto de amor a esa tierra, a su pueblo y a los cristianos. Se comprende bajo esa lógica, que no quiere decir perder de vista lo que se hace», anotó.
Pero, ¿cuál es la comunidad cristiana que reside en Irak a la que el Papa visitará y porque está al borde de la extinción?
Perseguidos por siglos
El viaje de cuatro días, que incluye una misa a campo abierto en una cancha de fútbol, tendrá en su itinerario a las ciudades de Bagdad, Mosul, Erbil, Najaf y Qaraqosh.
Francisco, quien tuvo que aplazar este viaje, siempre ha señalado su intención de visitar la región:
«Pienso constantemente en Irak, adonde quiero ir el año que viene, con la esperanza de que ese país pueda enfrentar el futuro a través de la búsqueda pacífica y compartida del bien común por parte de todos los elementos de la sociedad, incluidos los religiosos, y no retroceder en hostilidades provocadas por los conflictos latentes de las potencias regionales», dijo durante una audiencia en 2019.
Y esa referencia a los conflictos tiene un indicador claro: desde la invasión de EE.UU. a Irak en 2003 y hasta 2019, la comunidad cristiana iraquí se redujo en un 83%.
De más de 1,5 millones de cristianos a apenas 250.000. Se estima que al menos un millón de ellos huyeron a Europa y EE.UU. debido a los conflictos internos originados por la invasión y otros fueron desplazados por los grupos islamistas.
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