Seis candidatos, la mayoría conservadores, fueron autorizados a presentarse a las elecciones presidenciales de Irán del 28 de junio para reemplazar a Ebrahim Raisi, que falleció en un accidente de helicóptero en mayo, anunció el domingo el ministerio del Interior.
El Consejo de Guardianes de la Constitución, órgano no electo dominado por los conservadores y encargado de supervisar el proceso electoral, validó estas candidaturas entre las ochenta presentadas.
Entre los seis autorizados está el presidente conservador del Parlamento, Mohammad Baqer Qalibaf, el alcalde de Teherán Alireza Zakani y Said Jalili, negociador ultraconservador de los asuntos nucleares.
También fueron seleccionados Amir Hosein Ghazizadeh Hashemi, el jefe ultraconservador de la Fundación de Mártires, y Mostafa Purmohammadi, antiguo ministro del Interior.
El único reformista en la carrera es Masoud Pezeshkian, diputado de la ciudad de Tabriz, en el noroeste, y antiguo ministro de Salud.
Por otra parte, el Consejo volvió a impedir que se presentara el ex presidente Mahmud Ahmadinejad, un populista incendiario conocido por la represión que siguió a su controvertida reelección en 2009. A sus 67 años, Ahmadineyad quería volver al cargo de presidente que ocupó de 2005 a 2013. Ya lo habían apartado de las presidenciales en 2021 y 2017.
La candidatura de otro veterano de la República Islámica, Ali Larijani, ex presidente del Parlamento considerado moderado, también fue rechazada.
El Consejo de Guardianes no justificó públicamente sus decisiones.
Campaña express
La decisión del Consejo supone el pistoletazo de salida de una campaña abreviada de dos semanas para sustituir a Raisi, un protegido de línea dura del líder supremo, el ayatolá Ali Khamenei, que en su día se postuló como posible sucesor del clérigo de 85 años.
La selección de candidatos aprobada por el Consejo de Guardianes, un grupo de clérigos y juristas supervisado en última instancia por Khamenei, sugiere que la teocracia chiíta iraní espera facilitar las elecciones, después de que en las últimas votaciones se registrara una baja participación sin precedentes y de que las tensiones sigan siendo elevadas por el rápido avance del programa nuclear del país, así como por la guerra entre Israel y Hamas.
Además, el Consejo de Guardianes continúa su racha de no aceptar a una mujer ni a nadie que pida un cambio radical en la gobernanza del país.
Es probable que la campaña incluya debates televisados en directo por la radiotelevisión estatal iraní. También se anunciarán en vallas publicitarias y ofrecerán discursos para respaldar sus candidaturas.
Hasta ahora, ninguno de ellos ha ofrecido detalles concretos, aunque todos han prometido una mejor situación económica para el país, que sufre las sanciones de Estados Unidos y otros países occidentales por su programa nuclear, que ahora enriquece uranio más cerca que nunca de niveles aptos para la fabricación de armas.
Estos asuntos de Estado siguen siendo decisión final de Khamenei, pero los presidentes del pasado se han inclinado por el compromiso o la confrontación con Occidente al respecto.
El presidente del Parlamento, el favorito
El candidato más destacado sigue siendo el presidente del parlamento Mohammed Bagher Qalibaf, de 62 años, antiguo alcalde de Teherán y estrechamente vinculado a la paramilitar Guardia Revolucionaria del país. Sin embargo, muchos recuerdan que Qalibaf, como antiguo general de la Guardia, formó parte de una violenta represión contra estudiantes universitarios iraníes en 1999. Al parecer, también ordenó disparar con fuego real contra estudiantes en 2003, cuando era jefe de la policía del país.
Qalibaf se presentó sin éxito a las elecciones presidenciales de 2005 y 2013. Se retiró de la campaña presidencial de 2017 para apoyar a Raisi en su primera candidatura presidencial fallida. Raisi ganó las elecciones de 2021, en las que se registró la participación más baja de la historia en una votación presidencial en Irán, después de que todos sus principales oponentes fueran descalificados.
Khamenei pronunció un discurso la semana pasada en el que aludía a cualidades que los partidarios de Qalibaf han destacado como posible señal del apoyo del líder supremo al orador.
Sin embargo, el papel de Qalibaf en las medidas represivas puede verse de otra manera tras los años de agitación que se han apoderado de Irán, tanto por su maltrecha economía como por las protestas masivas desencadenadas por la muerte en 2022 de Mahsa Amini, una joven que falleció tras ser detenida por no llevar supuestamente el velo, o hiyab, a gusto de las fuerzas de seguridad.
Las elecciones se celebran en un momento de gran tensión entre Irán y Occidente por su apoyo a Rusia en la guerra contra Ucrania. Su apoyo a las fuerzas milicianas en Oriente Próximo ha estado cada vez más en el punto de mira, mientras los rebeldes hutíes de Yemen atacan barcos en el Mar Rojo por la guerra entre Israel y Hamas en la Franja de Gaza.
Raisi, el ministro iraní de Asuntos Exteriores, Hossein Amirabdollahian, y otras personas murieron en el accidente de helicóptero ocurrido el 19 de mayo en el extremo noroeste de Irán. Las investigaciones continúan, aunque las autoridades afirman que no hay indicios inmediatos de sabotaje en el accidente ocurrido en una ladera cubierta de niebla.
Raisi es el segundo presidente iraní que muere en el cargo. En 1981, la explosión de una bomba mató al Presidente Mohammad Ali Rajai en los caóticos días posteriores a la Revolución Islámica del país.
(Con información de AFP y AP)
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