Matt Ford, de 30 años, un actor, cantante y productor de videos estadounidense, reconoció que tras haber padecido covid-19 en dos oportunidades ahora atraviesa una experiencia aún peor al haberse contagiado con la viruela del mono.
«He tenido COVID dos veces. Esto fue mucho peor», señaló Ford, quien se convirtió en el primer paciente en Estados Unidos que decide contar públicamente cómo se vive esta enfermedad.
El 17 de junio un amigo de Ford lo contactó para informarle que había sido diagnosticado con la viruela del mono y que probablemente había estado expuesto por el contacto de la piel.
Por este motivo el actor decidió hacerla la prueba de la viruela símica que arrojó positivo y ahora usa sus redes sociales para advertir a la población sobre la gravedad de esta enfermedad.
«Al principio me quedé en shock cuando colgué el teléfono. Sabía que la viruela del mono estaba presente en el mundo, pero era la primera vez que oía que alguien que conocía entraba en contacto con ella. Mi primer pensamiento fue: ´Mierda, se supone que tengo que ir a Nueva York para el Orgullo el fin de semana siguiente; si tengo viruela del mono, esto va a desbaratar semanas de mi vida», explicó.
Durante una entrevista detalló que tras dos semanas con los síntomas finalmente se siente mejor, lo primero que notó fueron unas marcas en la piel parecidas a unos granos, luego presentó síntomas parecidos a los de la gripe y cada vez aparecían más lesiones en la piel y mucho dolor, para lo que requirió analgésicos.
Ford se encuentra aislado en Los Ángeles, pues los médicos le recomendaron el confinamiento hasta que desaparezcan las lesiones en la piel, algo que puede tardar hasta cuatro semanas.
Reveló también que le fue imposible conseguir medicamentos para la viruela del mono: «La medicación está autorizada para la viruela, pero no específicamente para la viruela del mono, así que tengo muchos amigos que intentaron conseguirla y se les denegó, yo incluido».
Sobre su caso detalló que las marcas comenzaron en la zona de la ropa interior y poco a poco se extendieron por todo su cuerpo hasta tener unas 25 aproximadamente, estas comenzaron a llenarse de pus, a picar y se tornaron tan dolorosas que necesitó analgésicos para poder dormir.
«Creo que en total he contado 25 y también hay algunos en zonas más sensibles que suelen ser los más dolorosos. Son tan dolorosas que tuve que ir al médico para que me diera analgésicos sólo para poder dormir«, dijo.
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