En los últimos meses, el Gobierno de Nicolás Maduro se ha trazado una meta: ser miembro de los Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) y del Nuevo Banco de Desarrollo creado por ese grupo de países.
Con una lectura rápida, la economía venezolana luce bastante pequeña y con serios problemas como para integrar la alianza, pero no es del todo cierto.
En su visita en días pasados a China, Maduro aprovechó para reunirse con Dilma Roussef, presidenta del Banco Brics. El mandatario insistió en que Venezuela está lista para ingresar. “Tengo la certera, esperanza de que muy pronto Venezuela ingresará a los Brics como miembro completo”, insistió Maduro, quien además reconoció que solicitaba el apoyo de Pekín para tal fin.
A simple vista parece un tema económico, pero los analistas suponen una doble intención de Maduro, que si bien está buscando un respaldo en la economía asiática, también juega a presionar a Estados Unidos a levantar sanciones, pues de lo contrario se avanza en el proyecto de desoccidentalización y la reserva petrolera más grande del mundo y la cuarta de gas pasarían a orientalizarse.
Aquí el principal aporte de Venezuela a los Brics.
“No es que Estados Unidos se va a morir por eso”, dice de manera coloquial Luis Vicente León, analista director de la firma venezolana Datanalisis, pero “sí es un ultimátum importante en términos de si tú realmente quieres establecer una negociación conmigo (Maduro) entiende que yo no voy a ceder en el plano político lo que tú quieres, pero si tú no flexibilizas (EE. UU.) voy a tener que irme hacia el otro lado, a orientalizarme”, explica León a EL TIEMPO.
Para León, Estados Unidos “debería ser razonable” y no “permitir que la mina de petróleo más grande del mundo que está en Occidente y que está en su región se mueva fácilmente”.
Efectivamente, Maduro estaría jugando a una doble banda, tanto en lo geopolítico-ideológico y lo económico, todo esto ante unas sanciones estadounidenses que terminaron siendo poco efectivas en la intensión de derrocar al presidente venezolano, quien aprovechó desde La Habana, en la Cumbre del G77, para pedir una vez el levantamiento de las mismas.
Según datos del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag), los Brics representan el 25 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) mundial, solo dos puntos por debajo del PIB del G7. Además, concentra el 16 por ciento del comercio global, lo que representa una importante oportunidad para Venezuela.
En el área energética el panorama luce bastante favorable para Caracas. Las estimaciones hechas por la Celag especifican que los Brics representan el 8.7 por ciento de las reservas mundiales de petróleo y con la unión de Venezuela pasarían al 26.2 por ciento. En el caso del gas, la integración les aportaría el 28.6 por ciento del control gasífero del mundo.
Pero, la economía venezolana actualmente tiene ciertos problemas, porque incluso con esas reservas de petróleo y gas no logra estabilizarse, tanto que la escasez de combustible está regresando al país, evidenciado con largas filas en las estaciones de servicio.
Pero en un contexto de campaña electoral donde Venezuela está limitada, no veo que para el gobierno de Maduro vaya a ser tan prioritario el tema del banco
Además, actualmente la petrolera estadounidense Chevron posee algunas licencias que le han permitido ciertas operaciones que han incrementado levemente la exportación del crudo, aliviando el flujo de caja.
Para Mariano de Alba, asesor sénior de la firma Crisis Group, la inclusión de Venezuela en los Brics sería a mediano o largo plazo. Un adelanto se daría en el caso de que Javier Milei o Patricia Bullrich ganaran en Argentina, “pues un cambio de gobierno como este puede decidir que Argentina no se va a unir” y que en ese caso se invite a Venezuela como país latinoamericano a ocupar el puesto.
Esto con relación al grupo como tal. Pero, sobre el Banco, hay otras limitaciones según de Alba, quien explica que el procedimiento para ser miembro, tomando como referencia el caso de Bangladesh: “Yo estimo que alrededor de mil millones de dólares tendría que ser el capital. Pudiese empezar con un desembolso de 100 o 200 millones de dólares y luego ir haciendo e ir pagando o ir depositando, pero en un contexto de campaña electoral donde Venezuela está limitada, no veo que para el gobierno de Maduro vaya a ser tan prioritario el tema del banco”.
Ante esta afirmación, es probable entonces que Maduro cuando dijo que pediría el apoyo de China para ingresar al grupo, se refería a ayuda monetaria, pero no existen certezas pues de los 31 acuerdos firmados entre Caracas y Pekín se desconocen detalles.
Lo cierto es que Maduro busca seguir esquivando sanciones y más ingresos para enfrentarse a la campaña presidencial de 2024 en la que espera ser electo por tercera vez. Mientras tanto, Estados Unidos debe decidir si va a continuar con la misma política hacia Venezuela.
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