La falta de recursos económicos por parte del Estado se constituye en el mayor escollo que no permite garantizar el acceso al derecho que tiene la población migrante a su paso o permanencia en Nariño.
Por GDA | El Tiempo | Colombia
Hoy, las autoridades calculan que, en promedio diario, unos 500 migrantes, en su mayoría de nacionalidad venezolana, cruzan la región a través de la vía Panamericana, algunos con destino al interior del país y otros lo hacen a la vecina república del Ecuador, a través del puente internacional de Rumichaca.
De acuerdo con las cifras de Migración Colombia, hasta diciembre de 2022, en Nariño se habían registrado 19.633 personas de nacionalidad venezolana, de las cuales 5.077 lo hicieron solamente ese mismo año.
Un informe de la Fundación Desarrollo y Paz (Fundepaz) arrojó que “el departamento de Nariño por su posición estratégica en Colombia, desde el año 2021 viene experimentando un incremento en los flujos migratorios de personas de otras nacionalidades, principalmente venezolanas”.
Con motivo de la realización de la segunda sesión de la Mesa Departamental de Migrantes, las autoridades regionales llevaron a cabo el seguimiento al plan de acción y priorización de las actividades, en el que se detectaron algunas deficiencias.
Según la representante legal de la población migrante venezolana en Nariño, Carmen Milena Moncada, “la principal barrera para garantizar el acceso al derecho a la población migrante es justamente la falta de recursos desde el Estado”.
La dirigente cuestiona a las autoridades cuando advierte: “Nada hacemos si se hace un trabajo como el que hizo la Mesa Departamental de Migrantes este año, pero se guarda el diagnóstico”.
Es por eso que plantea la necesidad de plasmar todos los hallazgos y recomendaciones que salen a relucir en dicha mesa, con el fin de definir los recursos y acciones que se deben ejecutar en favor de la población migrante.
Reconoció que la crisis humanitaria por migraciones es un tema relativamente nuevo y dijo que en el caso de Nariño y de Colombia “desbordó la capacidad institucional del Estado colombiano, igualmente del departamento de Nariño”.
En este departamento se ha determinado una ruta del caminante migrante, la cual abarca los municipios Taminango, Chachagüí, Pasto, Tangua, Imués, Iles, El Contadero e Ipiales, por los cuales cruza la vía Panamericana.
Sin embargo, según Moncada, un reciente estudio demostró cómo la respuesta humanitaria a los migrantes se concentra en 200% en Ipiales, frontera con el Ecuador, “comparativamente con Taminango, Pasto, Chachagüí que son municipios que hacen parte del corredor de tránsito de las personas, pero que no han sido priorizados para brindar una atención humanitaria”.
Destacó el apoyo que ha recibido de entidades de cooperación internacional “pero realmente ejecutan lo que según ellas les parece que debe ser lo mejor en los territorios que ellos mismos identifican”.
También cuestionó el hecho de que el informe se haya presentado durante el último semestre de la actual administración seccional de Nariño, “así es muy difícil hacer un diagnóstico y empezar a dar respuesta a la solución, cuando es una situación humanitaria que ha desbordado la capacidad institucional”.
El flagelo de los migrantes es muy grave
Para la subdirectora de Paz y Derechos Humanos de la Secretaría de Gobierno de Nariño, Patricia Mideros, la Mesa Departamental de Migrantes en su última reunión apenas decidió y diseño las actividades que deberán ser realizadas por la nueva administración departamental, no obstante, reconoció “el grave flagelo que está sufriendo la población migrante de paso en la región”.
“Esta situación ha llevado a niños, niñas y adolescentes a una situación de mendicidad en algunos casos, a ser víctimas de trata de blancas, a tener problemas de xenofobia, de salud, de violencia sexual”, aseguró la funcionaria al describir la odisea que vive la población migrante en Nariño.
Luego dijo: “Tristemente el panorama es muy oscuro. Infortunadamente, este es un problema que no se va acabar en estos días, porque el flujo migrante es bastante alto y se sigue presentando en este departamento por su ubicación geográfica”.
Wilson Larraniaga, funcionario del Instituto Departamental de Salud de Nariño, confesó que participar en la jornada de ruta del caminante fue muy gratificante, “donde se pudo evidenciar de primera mano la problemática que implica el desplazamiento de las personas a pie, expuestas a la intemperie y a muchos otros riesgos”.
Dijo que en materia de salud avanzan los procesos de formalización y afiliación a los diferentes regímenes de salud de la población migrante, asegurando que casi 92% de la población migrante ya cuenta con la identificación, después de haberse acogido al estatuto de protección temporal.
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