«Nosotros pedimos una intervención internacional, preferiblemente avalada por Naciones Unidas, que desaloje a esos tiranos del poder y convoque, de inmediato, a unas elecciones libres». Esa petición que lanzó el expresidente Álvaro Uribe Vélez este fin de semana desde Cúcuta, Norte de Santander, a propósito de la consolidación de la dictadura de Nicolás Maduro en Venezuela, desató una dura controversia.
Por Mateo García Agudelo / El Tiempo
Mientras que la derecha más extrema la ve como la única salida para que regrese la democracia al vecino país, tras unas elecciones fraudulentas, el presidente Gustavo Petro, quien insiste en una salida negociada y la nueva convocatoria a unas elecciones libres, le cerró la puerta a ese llamado.
«Dejen de pensar en muerte de hermanos. ¿No se leyeron en la Biblia la historia de Caín?», aseveró el jefe de Estado en su cuenta de X.
La respuesta de Nicolás Maduro a Álvaro Uribe
Mientras que Maduro, quien se posesionó el viernes 10 de enero para estar seis años más en la Presidencia de Venezuela, no obstante a que la mayor parte de la comunidad internacional no lo reconoce, señaló que «nadie quiere la intervención militar (a la) que llama Uribe. Nadie quiere más sanciones, nadie quiere más violencia». Y añadió que los venezolanos quieren «democracia, libertad, entendimiento, armonía, reconciliación, reencuentro. Eso es lo que va a haber».
Mientras tanto, la frontera del lado venezolano, que ya fue reabierta tras un cierre de 72 horas ordenada por el régimen a propósito de la posesión, sigue fuertemente militarizada.
Según las autoridades militares de ese país, se mantiene “la capacidad defensiva de las tropas para defender la patria” y se envió un contundente mensaje: “Estos hombres y mujeres están dispuestas a defender con su vida la patria”, dijo el comandante de la ZODI 21 Táchira, Michel Valladares.
Las posibilidades de una intervención militar
La propuesta del expresidente Uribe no tuvo mayor eco más allá de su partido. De hecho, ni siquiera los líderes de la oposición en Venezuela, entre ellos Edmundo González, a quien buena parte de la comunidad internacional reconoce como presidente venezolano, han considerado esa posibilidad.
El llamado que hizo González, por ejemplo, fue a las fuerzas militares para que se pongan de lado de la democracia y no respalden la dictadura.
Y es que, realmente, es poco probable que haya una intervención militar avalada por Naciones Unidas. Analistas coinciden en que la petición de Uribe es populista.
«Igual de populista e improcedente es solicitar una intervención de Naciones Unidas para que acabe con la dictadura. Naciones Unidas no funciona de esa forma. Si de lo que se trata es de construir una posición que le permita a Colombia contribuir realmente a la transición democrática en Venezuela, bien haríamos en salirnos de la dicotomía falsa entre la tibieza del avalar y no hacer nada, y el llamar vacuo a una intervención internacional para acabar con el régimen», señaló la académica Sandra Borda, Alta Consejera para las Relaciones Internacionales de la Alcaldía.
Además, una intervención militar en Venezuela traería series consecuencias en Colombia en temas económicos y humanitarios. Sería el inicio de una nueva ola migratoria.
«No calculan el costo humanitario y en términos de seguridad de tener un conflicto en una frontera porosa de 2.219 kilómetros, en la que existen corredores económicos legales e ilegales, disputa por mercados y presencia de grupos armados», afirmó, por su parte, el analista Alejandro Chala, politólogo de la Universidad Nacional.
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