Nada más tomar posesión como nuevo presidente de EE.UU., Joe Biden enviará al Congreso una ambiciosa reforma migratoria que incluye una vía para que 11 millones de indocumentados accedan a la ciudadanía, una expansión de la política de asilo y un plan para reforzar la seguridad fronteriza.
Una fuente del equipo de transición detalló a Efe cuáles son los puntos clave que incluye el proyecto legislativo que Biden enviará mañana al Legislativo y que, de ser aprobado, supondría la mayor reforma migratoria desde el Gobierno del republicano Ronald Reagan (1981-1989), que legalizó a tres millones de indocumentados en 1986.
Además, en sus primeros días en la Casa Blanca, Biden firmará una tanda de órdenes ejecutivas destinadas a desmantelar algunas de las políticas de su predecesor, Donald Trump.
Estos son los 7 puntos clave del proyecto de Biden:
LEGALIZAR 11 MILLONES DE INDOCUMENTADOS
El objetivo central del proyecto legislativo que Biden enviará mañana al Congreso es abrir una vía para legalizar en ocho años a los 11 millones de inmigrantes indocumentados que se calcula que viven en EE.UU., indicó a Efe la citada fuente del equipo de transición.
La idea es que dar un estatus legal temporal por cinco años a todos los inmigrantes que hayan ingresado al país antes del 1 de enero de 2021 y, transcurrido ese periodo, los beneficiarios podrían acceder a la residencia permanente, también conocida como «tarjeta verde».
Para acceder a la residencia permanente, deberán probar que han pagado sus impuestos y que no tienen antecedentes penales.
Una vez que accedan a la residencia permanente, podrían solicitar la ciudadanía estadounidense en solo tres años.
GRANDES BENEFICIARIOS: LOS «SOÑADORES» Y «TEPESIANOS»
Los mayores beneficiarios de esa propuesta de Biden son dos grupos: los «soñadores», nombre con el que se conoce a los jóvenes indocumentados que llegaron al país siendo menores, y los «tepesianos», aquellos que se beneficiaron del Estatuto de Protección Temporal (TPS), un programa migratorio que eliminó Trump.
Si el Congreso aprueba la reforma migratoria de Biden, esos dos grupos, que en total suman un millón de personas, podrían solicitar directamente la residencia permanente sin tener que esperar cinco años, como el resto de indocumentados.
EXPANSIÓN DE LAS POLÍTICAS DE ASILO
Asimismo, el proyecto de ley incluye un plan para ampliar las políticas de asilo, tal y como había adelantado The Washington Post y confirmó a Efe la citada fuente del equipo de transición.
La meta es abrir en el extranjero centros dedicados a procesar las solicitudes de asilo, lo que ayudaría a identificar a posibles beneficiarios antes de admitirlos en EE.UU.
TECNOLOGÍA PARA LA FRONTERA
El proyecto legislativo de Biden incluirá un plan para que el Departamento de Seguridad Nacional refuerce la frontera mediante el uso de la tecnología, un enfoque por el que ya apostó el expresidente Barack Obama (2009-2017), quien quiso desplegar drones para identificar a quienes llegan irregularmente.
El elegido por Biden para liderar el Departamento de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, adelantó este martes que usará una combinación de tecnología, barreras físicas y más agentes fronterizos para asegurar la frontera.
«Lo que he oído es que necesitamos un enfoque más diverso para la seguridad fronteriza», dijo Mayorkas, durante una audiencia en el Senado para decidir si le confirma en el cargo.
Biden ha prometido que abandonará el proyecto de Trump para construir un muro con México, pero no ha detallado si derribará los más de 720 kilómetros de barrera construidos en los últimos cuatro años.
CAMBIOS DE RAÍZ EN CENTROAMÉRICA
Otro de los objetivos centrales de la iniciativa que Biden enviará mañana al Congreso será abordar la violencia, corrupción y falta de oportunidades económicas que empujan cada año a millones de centroamericanos a emprender un peligroso camino hacia EE.UU. en busca de refugio.
Para provocar cambios en los países del Triángulo Norte (El Salvador, Honduras y Guatemala), Biden confía en el poder diplomático de Washington.
Además, quiere reinstaurar un programa anulado por Trump en 2017 y que permitía a menores centroamericanos reunirse en EE.UU. con sus familiares.
UN CONSENSO DIFÍCIL EN EL CONGRESO
En declaraciones a Efe, el senador demócrata Bob Menéndez, de origen cubano, reconoció que aprobar esa legislación «no va a ser fácil» porque se necesitarán algunos votos republicanos en el Senado, pero se mostró confiado en el «liderazgo» y la capacidad de persuasión de Biden.
«Este es un ejemplo donde el liderazgo presidencial va a ser importante, porque un presidente que coge el teléfono e invita a miembros republicanos a la Casa Blanca para hablar, para convencerlos en el tema migratorio, yo creo que eso es esencial para tener éxito», manifestó.
Menéndez formó parte del equipo bipartidista de ocho senadores que jugó un papel central para que en 2013 el Senado aprobara una reforma, en lo que parecía un avance importante para cambiar el sistema migratorio del país, pero que se estancó en la Cámara de Representantes, dominada entonces por los republicanos.
ÓRDENES EJECUTIVAS: DACA, ASILO Y VETO A PAÍSES MUSULMANES
Por otro lado, sin necesidad del visto bueno del Congreso, Biden tiene previsto firmar mañana una orden ejecutiva para acabar con el veto de Trump a ciudadanos de países musulmanes.
Además, en los días siguientes, acabará con la política de separación de familias en la frontera, permitirá nuevas solicitudes en el programa migratorio DACA que protege a los «soñadores» y con el que quiso acabar Trump y, por último, pedirá que se revise el programa TPS, lo que podría llevar a su restauración. EFE
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