El aumento de contagios en algunos lugares y consecuentemente los casos graves y hasta las muertes pueden ser producto de falsas creencias que se ponen en práctica frente a la pandemia. Esto va desde reconocer la existencia del virus hasta la relajación y descuido en la aplicación de las medidas de bioprotección.
Por EL TIEMPO
EL TIEMPO consultó a varios expertos que coincidieron en las prácticas que hay que evitar en estos momentos en el país.
1. Considerar que el virus no existe
Muchas personas piensan que el nuevo coronavirus y sus efectos son invenciones sin sustrato y que buscan perjudicar a la gente. En tal sentido, difunden por las redes información orientada a esas creencias soportada en estudios e informaciones falsas o simplemente echan mano de ellas para tomarlas de manera literal e incluso difundirlas en su entorno.
No son pocos los relatos en los que personas basadas en estas creencias desechan las medidas de bioseguridad personales y colectivas y que generan desenlaces medidos en enfermedad y muerte que se hubieran podido evitar.
En síntesis, como dice la salubrista Elizabeth Beltrán, los efectos mundiales de la covid-19 no dejan duda de su existencia, de su fase de expansión y del riesgo que frente a él tienen todas las personas en el mundo. Pensar lo contrario, además de no tener sustento, puede traducirse en conductas peligrosas.
2. Creer que no tener síntomas es seguro
Las estadísticas demuestran que un alto número de personas contagiadas por el virus no presentan ningún síntoma, por lo que entran en la categoría de asintomáticos. Sin embargo, su capacidad para contagiar a los demás es igual que quienes sí desarrollan la enfermedad.
Pasando por alto esto, no son pocos los que creen que acercarse a alguien aparentemente sano sin ningún tipo de protección o no cumplir con las normas de bioseguridad porque no hay ni tos, ni fiebre, ni malestar general resulta seguro. Esto, en realidad, es altamente peligroso.
Según el infectólogo Carlos Álvarez, coordinador de estudios de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Colombia, esa falsa seguridad ha favorecido el incremento en las infecciones de muchas personas que terminan por no saber dónde ni cómo se contagiaron, además de desconocer que potencialmente pudieron contagiar a otros.
Por lo tanto, el experto recomienda el uso permanente de tapabocas y mantener el distanciamiento físico en todas las circunstancias y más en estos momentos en los que el virus circula con mayor intensidad.
3. Confundir flexibilización con relajación
El distanciamiento físico necesario para detener la transmisión del virus muchas veces se pasa por alto cuando la gente coincide en la calle, en el transporte público o en lugares que se han abierto en medio de las flexibilizaciones.
A lo anterior se suma que algunos creen que la flexibilización se da porque el virus ha mermado su circulación e incluso terminan por visitar familiares, amigos y parejas, promoviendo reuniones, fiestas caseras, ceremonias y hasta encuentros íntimos clandestinos con desconocidos, lo que se ha traducido en aumento de contagios y fallecimientos.
Pedro Cifuentes, experto en sistemas de salud, afirma que las autoridades tienen que ser más rigurosas en el control de este tipo de eventos, no solo sancionando con las medidas que permite la cuarentena, sino que también deberían llevarse a las instancias judiciales cuando son masivos. Exponer a otros a padecer una enfermedad transmisible es un delito tipificado, recuerda.
Este lunes, justamente, se conoció el caso de un estadounidense de unos 30 años que murió en Texas de coronavirus después de contagiarse en una «fiesta de la covid», organizada por una persona infectada, según la directora médica del hospital donde falleció el joven.
«La idea (de la noche) es juntarse y ver si el virus es real y si alguien lo contrae», explicó Jane Appleby, directora médica del Hospital Metodista de San Antonio.
El treintañero que se encontraba en la fiesta se contaminó. La salud del joven empezó a deteriorarse, hasta su hospitalización y su muerte en el Hospital Metodista esta semana. Antes de morir, el paciente le dijo a la enfermera que lo atendía: «Creo que cometí un error. Pensé que este virus era una estafa, pero no», contó Appleby.
«Ninguno de nosotros es invencible», advirtió, indicando que varios pacientes de 20 o 30 años estaban hospitalizados en el centro médico por complicaciones relacionadas al nuevo coronavirus.
4. No usar el tapabocas
El ejercicio en las casas o en la calle es una recomendación para mejorar el bienestar y las condiciones del organismo que permiten enfrentar mejor una infección viral. Sin embargo, esto que resulta tan saludable puede llegar a niveles de riesgo si se practica sin tapabocas en los espacios abiertos y mucho más en lugares cerrados como gimnasios.
Aunque aparentemente incómodo, lo cierto es que la facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia demostró que los niveles de oxigenación en el cuerpo no se disminuyen durante el ejercicio con el uso del tapabocas, por lo que recomiendan no retirarse este aditamento durante ninguna práctica física y que se procure adecuar progresivamente las condiciones para acostumbrarse.
5. Automedicarse
Desconocer que para la covid-19 hasta el momento no existe ningún medicamento que prevenga el contagio y evite la enfermedad y echar mano de recetas divulgadas a través de las redes sociales sin ningún tipo de soporte puede resultar mortal.
Es conocido que cuando se revelan nombres de medicamentos que de una u otra forma se referencian como potenciales tratamientos muchas personas los adquieren de manera personal, sin ningún de receta y sin conocer sus efectos colaterales para consumirlo por su propia cuenta. También se han dado a conocer complicaciones y desenlaces fatales por estas prácticas.
En este sentido, el infectólogo Carlos Álvarez recomienda que se evite el uso de cualquier sustancia, producto, medicamento o tratamiento para la covid-19 por fuera de los protocolos que para el efecto se han definido en las entidades de salud.
6. Pensar que lo peor ya pasó
Decir que el número de muertos que se proyectaba inicialmente no se alcanzó y que las medidas que se recomiendan sobran o son exageradas en razón a que la pandemia ya está en retroceso es sensiblemente perjudicial, no solo para las personas sino para su entorno. Las experiencias y los ejemplos de los países europeos que están enfrentando rebrotes son múltiples.
Este lunes, Alemania alertó que las vacaciones de verano en Europa pueden propiciar rebrotes de covid-19 si se permiten excesos como incumplir normas básicas para impedir la propagación del coronavirus.
“La pandemia no ha pasado. Estamos en medio de ella”, advirtió el ministro alemán de Sanidad, Jens Spahn, quien como presidente de turno del Consejo de ministros europeos de ramo insistió en que “el peligro de una segunda oleada es real”.
Las imágenes difundidas el fin de semana pasado en medios alemanes de turistas de fiesta se hicieron en virales. El empleo de la mascarilla en espacios cerrados y en exterior cuando no se pueda mantener una distancia de seguridad con otras personas son las reglas básicas dentro de la fórmula «AHA» (por sus siglas en alemán»), recordó Spahn: «distancia, higiene, mascarillas».
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