Poco después del aterrizaje en Taipéi de Nancy Pelosi, la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, la reacción de China no se hizo esperar: “los que juegan con fuego se quemarán”, dijo el Ministerio de Exteriores del gigante asiático.
Por BBC Mundo
Pelosi -el más alto cargo estadounidense en visitar la isla en 25 años- abandonó el país menos de 24 horas después.
Pero las consecuencias perduran. China dijo que considera la visita una “seria violación de su soberanía nacional y un desafío a su principio de “una sola China”.
Como primera represalia, el gigante asiático anunció ejercicios militares con fuego real desde este jueves hasta el domingo en las cercanías de Taiwán.
China ve a esta isla como una provincia rebelde que se reunificará con el continente tarde o temprano, con el uso de la fuerza si es necesario.
Mientras, Taiwán se ve a sí mismo como un país independiente, gobernado democráticamente, pese a que nunca ha declarado oficialmente su independencia.
El viaje de Pelosi se produce en medio de grandes tensiones entre Washington y Pekín, y en un contexto en el que China ha realizado varias incursiones aéreas y navales en la isla vecina.
Una situación preocupante al ser Taiwán un actor clave cuyo destino repercutiría en la geopolítica y economía global, como lo analizamos en las siguientes claves.
1. ¿Por qué importa la ubicación de Taiwán?
Esta isla se sitúa a unos 120 kilómetros de la costa suroriental de China continental, una zona marítima donde la segunda economía más poderosa del mundo se ha propuesto aumentar su dominio en los últimos años.
Concretamente, Taiwán forma parte de lo que especialistas llaman la “primera cadena de islas”.
“Una especie de barrera geográfica que va desde el sur de Japón, pasa por Taiwán, Filipinas y corre hacie el mar del sur de China. Es un concepto de la Guerra Fría”, le explica a BBC Mundo Zeno Leoni, especialista en orden internacional, defensa y relaciones entre China y Occidente en el Kings College de Londres.
Los territorios ubicados en esta “primera cadena de islas” son aliados de EE.UU. y cruciales para su política exterior. De hecho, Leoni comenta que China ha admitido sentirse “rodeada” desde el punto de vista estratégico.
Es por ello que el estatus de Taiwán es de suprema importancia geopolítica tanto para Occidente como para China.
Si Taiwán formara parte de China, varios expertos occidentales sugieren que el gigante asiático quedaría libre para proyectar más su poder en la región del Pacífico e incluso amenazar bases militares estadounidenses como las de Guam y Hawái.
“China ya tiene una gran influencia militar sobre el mar del sur, pero si tuviera a Taiwán, eso les permitiría expandir su influencia naval y tener un control completo de la zona que también tendría implicaciones para el comercio global”, dice Leoni.
Lea la nota completa en BBC Mundo.
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