En su rápida ofensiva en Afganistán, los talibanes han llevado a cabo ejecuciones sumarias de soldados, policías y civiles con presuntos vínculos con el Gobierno afgano, denunció este miércoles la organización Human Rights Watch (HRW).
En las zonas a las que ingresan, los talibanes identifican a trabajadores de las fuerzas nacionales y exigen que ex policías y militares proporcionen un documento para garantizar su seguridad; posteriormente, detienen a algunas de estas personas en régimen de incomunicación y las ejecutan, señaló HRW en un comunicado.
”Ejecutar sumariamente a cualquier persona bajo custodia, ya sea un civil o un combatiente, es una grave violación de las Convenciones de Ginebra y un crimen de guerra”, afirmó la directora asociada para Asia de HRW, Patricia Gossman, que añadió que “los comandantes talibanes que supervisan tales atrocidades también son responsables de crímenes de guerra”.
Un periodista de uno de los distritos capturados, en declaraciones a la organización, aseguró que los talibanes, tras afirmar que no les harían nada, ejecutaron a al menos 19 miembros de las fuerzas afganas y a varios civiles, unas cifras que HRW no ha podido confirmar de manera independiente.
”Registran casas y, en algunos casos, incluso muestran fotos de empleados del Gobierno, preguntando por su dirección”, precisó la fuente.
La organización accedió a una lista de 44 hombres que presuntamente habrían sido ejecutados por los talibanes en el distrito de Spin Boldak, en la meridional provincia de Kandahar, entre ellos un comandante de policía, que aunque obtuvo una “carta de perdón” de los talibanes, fue ejecutado.
CRIMENES DE GUERRA
El derecho internacional humanitario prohíbe la detención de civiles a menos que sea por imperiosas razones de seguridad”, por lo que “las detenciones por represalia son una forma de castigo colectivo y también están prohibidas”, detalló HRW en el informe.
A estas denuncias se unieron este miércoles en un comunicado conjunto las embajadas de Estados Unidos y Reino Unido en Kabul.
”Escuchamos muchos informes de talibanes que colocan minas terrestres en hogares de civiles y se esconden detrás de las familias mientras atacan a las fuerzas de seguridad. Si se confirma, esto podría constituir un crimen de guerra”, apunta el escrito.
”¿Cómo los talibanes pueden afirmar que están luchando por los afganos mientras los usan como escudos humanos?”, sentenciaron.
La ofensiva talibán se intensificó tras el inicio de la retirada final de las tropas extranjeras del país, el pasado 1 de mayo, logrando en los últimos tres meses capturar alrededor de 125 centros de distrito, el mayor logro en dos décadas de guerra, y mantienen asediadas varias capitales provinciales.
(con información de EFE)
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