Los bielorrusos están determinados a sacar a Víctor Lukashenko del poder. Las principales fábricas del país se declararon en huelga y las protestas en las calles crecen diariamente. Tras 26 años en el poder, el último dictador de Europa se queda sin estrategias para tratar de mostrar una imagen de normalidad y estabilidad que no existe.
Por Primer Informe
“Es un ex presidente. Tiene que irse”, dijo Sergei Dylevsky, líder de la protesta en la planta de tractores de Minsk en donde 5.000 trabajadores se sumaron a la huelga contra de Lukashenko.
El cuestionado presidente, aliado histórico del chavismo, visitó el lugar para tratar de restarle importancia al descontento popular y los trabajadores lo recibieron con abucheos y gritos de «¡Vete!».
A ellos se sumaron, los empleados de una gigantesca fábrica que produce el 20% de fertilizantes potásicos del mundo y que es la principal fuente de ingresos del país.
Tras nueve días de protestas y las manifestaciones más grandes en la historia del país el descontento en contra de Lukashenko no cede.
Los trabajadores reclaman el triunfo de Sviatlana Tsikhanouskaya, la principal candidata de la oposición en las elecciones, hoy exiliada en Lituania.
Lukashenka came to meet workers. They are chanting: Go Away! Go Away! pic.twitter.com/gJuF71Twl0
— Franak Viačorka (@franakviacorka) August 17, 2020
Lukashenko respondió desafiante a los gritos de los trabajadores diciendo: «Nunca cederé a la presión».
El dictador ha recurrido a Moscú como último recurso tras recibir la condena de la Unión Europea por la represión a las manifestaciones en su contra luego de las elecciones.
En medio de las actuaciones de la policía al menos un manifestante murió y 158 permanecen hospitalizados por heridas. Se calcula que también hubo al menos 7.000 detenidos.
Comunidad internacional en alerta
El presidente estadounidense, Donald Trump, calificó de «terrible» la situación en Bielorrusia y advirtió que su administración la sigue «muy de cerca».
En Bruselas, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, dijo que el miércoles se convocaría una cumbre de emergencia de líderes de la UE para discutir la elección y la represión.
“El pueblo de Bielorrusia tiene derecho a decidir sobre su futuro y elegir libremente a su líder”, tuiteó Michel. «La violencia contra los manifestantes es inaceptable y no se puede permitir», agregó.
El viernes, los 27 cancilleres de la UE subrayaron que las elecciones no fueron libres ni justas y decidieron comenzar a elaborar una lista de personas que podrían enfrentar sanciones por la violencia.
El presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, instó a Lukashenko a «seguir el camino de las conversaciones, no a depender de la violencia sino del diálogo».
El domingo, unas 200.000 personas llenaron la céntrica Plaza de la Independencia y las avenidas cercanas en la protesta más grande que jamás haya visto el país.
El presidente polaco, Andrzej Duda, tuiteó que mantuvo una teleconferencia con sus homólogos de Lituania, Letonia y Estonia, y que los cuatro «siguen dispuestos a apoyar el proceso político que implementará el libre albedrío del pueblo bielorruso».
Con información de AP
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