El Ministerio español de Sanidad plantea que las limitaciones a la movilidad entre regiones se mantengan hasta después de la Semana Santa, ante el temor de que una desescalada excesivamente rápida pueda dar inicio a una cuarta ola en las próximas semanas.
Según los últimos datos oficiales, España registró 2.662 nuevos contagios y 192 fallecimientos en las últimas 24 horas, lo que supone 3.130.184 positivos por coronavirus desde el inicio de la pandemia y 69.801 fallecidos.
Con estas cifras, las autoridades sanitarias españolas trabajan con las comunidades autónomas en un plan de acción común, con la cuestionada flexibilización de las restricciones para las fiestas de Navidad muy presente, ya que la permisividad en esos días dio lugar a la tercera ola de la pandemia de la que ahora el país está saliendo.
A pesar de que la tendencia de los datos sigue siendo favorable, los técnicos de la sanidad española recalcan que es necesario controlar al máximo la transmisión del virus y coger ritmo en el proceso de vacunación.
Desde el Ministerio español de Sanidad se insiste en que el objetivo es bajar de los 50 casos por 100.000 habitantes en 14 días y dejar atrás la tercera ola, cuyos efectos sobre la economía han sido también devastadores: 4 millones de desempleados en febrero, una cifra que no se veía desde 2016, y 900.000 trabajadores en Expedientes Temporales de Regulación de Empleo (ERTES).
La necesidad de reflotar la economía volverá a ser el principal argumento para tratar de acelerar la desescalada.
En esa línea se ha pronunciado la presidenta regional madrileña, la conservadorea Isabel Díaz Ayuso, que hoy expresó su intención de continuar con la semiapertura de toda la actividad en la región, como se ha venido haciendo durante los últimos meses en contra de los criterios de las autoridades nacionales sanitarias.
Por contra, la mayoría de las comunidades autónomas españolas han pedido al Ejecutivo central un consenso en el plan para la Semana Santa.
En rueda de prensa, la portavoz del Gobierno español, la socialista María Jesús Montero, dijo que que «este año, como el pasado, sigue siendo especial».
Por ello, hizo una llamada a la prudencia, también en las movilizaciones del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, que pidió se celebre de forma distinta y sin correr riesgos.
Las polémica sobre la celebración de manifestaciones masivas ese día hace casi un año, cuando ya se conocían los primeros casos de infección por coronavirus en España, sigue estando de plena actualidad en el país.
La iniciativa inicial del Ministerio de Igualdad, encabezado por Irene Montero, de la formación de izquierdas Unidas Podemos, de salir a la calle también este año, ha ido perdiendo fuerza a medida que los sectores críticos de otros partidos, fundamentalmente del Partido Socialista, su socio de Gobierno, han llamado a manifestarse de otros modos, sin por ello poner en riesgo la salud.
EFE
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